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Las toallitas desbordan las alcantarillas de Zaragoza: 359 toneladas retiradas en 2022

Son todavía 17 toneladas más que antes de la pandemia de covid. Retirarlas de la red cuesta cada año 150.000 euros. 

El sistema de retención que se instalará en tres puntos del Ebro, el Gállego y el Huerva.
El sistema de retención que se instalará en tres puntos del Ebro, el Gállego y el Huerva.
Toni Galán

No se cansan desde el área de Infraestructuras del Ayuntamiento de Zaragoza de alertar año tras año del perjuicio que supone arrojar toallitas y otros residuos inadecuados a la red de alcantarillado. Pero los ciudadanos siguen haciendo caso omiso. Solo hay que echar un ojo a las cifras. Hasta 359 toneladas de estos materiales se tuvieron que retirar en el ejercicio anterior de las tuberías de la ciudad. O lo que es lo mismo, 359.000 kilos. Y si se divide por el número de habitantes, es como si cada uno de los residentes en la capital aragonesa hubiera tirado por el inodoro medio kilo de estos desechos.

Según los datos del Consistorio, se ha registrado un ligero descenso respecto a 2021, cuando se alcanzaron las 366 toneladas. No obstante, esta reducción no es suficiente. "Seguimos con cantidades de residuos muy preocupantes por el coste tan elevado que tiene su tratamiento y las graves averías que pueden ocasionar", advierten fuentes municipales.

De hecho, son en cualquier caso cantidades superiores a las de antes de la pandemia del coronavirus. Fue en 2020, en el año del confinamiento, cuando se alcanzaron los niveles más altos: hasta 376 toneladas de toallitas fueron vertidas por el váter a lo largo de ese ejercicio. Es casi un 5% más que en 2022 y hasta un 9% si se compara con 2019, el año previo a la covid, cuando se registraron 342 toneladas. En 2018 la cifra fue similar, de 340 toneladas.

Arreglos largos y costosos

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza recuerdan que este tipo de materiales (toallitas, bastoncillos de los oídos, tiritas, colillas, compresas y otros productos de higiene femenina, pañales o hilo dental, entre otros) no deben desecharse por el inodoro. "Estos productos contienen fibras que no son biodegradables o que tardan mucho más tiempo en descomponerse de lo que cuesta recorrer la red de tuberías y llegar a las depuradoras", recuerdan desde el gobierno municipal. Y por ello, las fibras de estos productos se van rompiendo y enredando con otras suciedades, lo que acaba por crear atascos y averías que son muy costosas y largas de arreglar.

Cada año, la extracción y el tratamiento de estos materiales, que debe hacerse de forma cíclica y, como poco, cada quince días, supone un coste extra de 150.000 euros, además de la reducción de la vida útil de la maquinaria que provocan. Y a eso habría que sumar la reparación de roturas y reventones, como el que se produjo en 2018 en la depuradora de La Almozara. Las obras supusieron una inversión de 1,7 millones de euros y no estuvieron terminadas hasta el año pasado.

El área de Infraestructuras aprovechó entonces los trabajos para instalar equipos con nueva tecnología de medición y control, aunque en cualquier caso lo principal es la concienciación ciudadana para evitar tirar estos residuos por el alcantarillado. "El váter no es un cubo de basura", indican fuentes del Consistorio, al tiempo que recomiendan colocar una papelera en el aseo del domicilio para facilitar la tarea de deshacerse de estos residuos.

Los sistemas de retención se ampliarán tras evitar la llegada al río de 280 kilos de basura

La prueba piloto puesta en marcha el verano pasado para evitar la llegada al río de distintos residuos está dando sus frutos. Con los sistemas de retención colocados en varios aliviaderos de los tres ríos de la ciudad se ha logrado atrapar durante este tiempo 280 kilos de basura que de otra forma habrían acabado en el agua. Por ello, el Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido no solo mantener estos mecanismos sino instalar próximamente otros tres para ampliar los resultados.

La sociedad municipal Ecociudad instaló un sistema de planchas metálicas con grandes mallas en tres aliviaderos de la red de saneamiento: en el parque de San Pablo en el Ebro, en el parque Bruil en el Huerva y en el parque Ríos de Aragón en el Gállego.

Durante los primeros seis meses de funcionamiento se retiraron un total de 280 kilos, principalmente en los dos primeros puntos. Tras el análisis de los residuos, se determinó que el 99% eran toallitas y otros materiales de similares características que habían sido inadecuadamente arrojados por el inodoro, mientras que el 1% restante eran hojas, colillas y algunos plásticos que habían llegado a través del alcantarillado.

En principio, según indican fuentes municipales, la capacidad máxima que tienen las redes es de 1.000 kilos, pero no se han dejado llenar, sino que se ha optado por vaciarlas cada tres o cuatro meses, dependiendo del volumen de lluvias.

Ahora, dado el "buen resultado" que está teniendo esta iniciativa, el área de Infraestructuras, a través de Ecociudad, colocará el mismo sistema en otros tres puntos, en este caso todos del Ebro: en Macanaz junto al puente de Santiago, a lado del puente de La Almozara, cercano al restaurante Aura y en el entorno de la depuradora de La Almozara.

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