feria de san jorge

La oreja de Daniel Luque no tapa la decepcionante tarde de Valdefresno

La dimensión del sevillano sobresale entre el fracaso ganadero. El Fandi y Perera pasan de puntillas por Zaragoza.

Segundo festejo de la Feria taurina de San Jorge 2023
Segundo festejo de la Feria taurina de San Jorge 2023
Ruben Losada/FotografiArte

El «momento» interminable de Daniel Luque se encontró con el de Zaragoza. Un torero al alza, que venía de venía de reventar Sevilla, y una plaza… una plaza que está donde se quedó en octubre. En un abandono encubierto por tardes –o faenas– como la suya. En una desidia ganadera que este domingo trajo otra corrida de saldo de Valdefresno, tan descastada como baja de presentación.

Suerte que al de Gerena le basta con medio toro. Como ese Cantinillo que este domingo hizo de tercero. Un mansote al que, inteligentemente, jamás llevó la contraria. Desde el inicio sobre los dominios del 4, sin exigirle ni exigirse, hasta un epílogo por luquesinas que puso aquello del revés.

No le hizo falta cruzarse ni terminar de exponer. Fue suficiente con someter al hilo del pitón, de ambos pitones, para revelar su supremacía. Un dominio que exaltó con una tanda de circulares eternos.

De haberlo pasaportado a la primera, se le hubiesen pedido con fuerza las dos. Pinchó antes de introducir media estocada, y todo quedó en una oreja de peso, que después no pudo ser acompañada de un triunfo mayor.

El cierra plaza fue un animal contrahecho. Luque estuvo muy por encima de esas toscas embestidas, siempre con la cara por las nubes, pero apenas pudo justificarse ante un imposible.

No puede decirse lo mismo de Perera. El extremeño está para pasar por el rincón de pensar. No ve toro por ningún sitio. Va por donde marcan sus oponentes. Y así se reflejó en sus dos actuaciones, culminando sobre las tablas tras probar todos los terrenos.

Su primero, de marcada querencia, pasó y traspasó sin entrega. Lo quería todo en la media altura y, cuando Perera dejó de consentirlo, terminó de rajarse. Con el otro, de mayor recorrido por el derecho, se aburrió -y nos aburrió- hasta enterrar un espadazo de defecto fulminante.

Todo, en una tarde que había comenzado como terminó la del sábado. Viendo saltar un sobrero del mismo comportamiento a la defensiva que sus hermanos, que no mejoró en la vulgar muleta del Fandi. El animal se quedaba corto y el granadino lo escupía en largo. Y lo mismo con el cuarto...

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