Sigue la preocupación en varios pueblos de Valdejalón por los robos en explotaciones agrarias

En los últimos siete días se han interpuesto tres denuncias, todas con desperfectos, mientras la Guardia Civil sigue investigando las sustracciones de enero.

Un afectado por la anterior oleada de robos en Valdejalón señala cómo tumbaron su puerta.
Un afectado por la anterior oleada de robos en Valdejalón señala cómo tumbaron su puerta.
Macipe

La preocupación en la comarca de Valdejalón persiste por los continuos episodios de robos y por las intentonas frustradas. En los últimos siete días, la Guardia Civil tiene constancia de la interposición de tres denuncias: dos en fincas agrícolas de Ricla, el viernes 17 de marzo, y una en una vivienda de Calatorao al día siguiente. En la zona, los vecinos afectados, como Ascensión Lausín, a quien le sustrajeron una furgoneta y la quemaron, se muestran desesperados: "Estamos igual".

Se refiere a la ola de robos que se dio a principios de este año, cuando entre el 2 y el 3 de enero se cursaron cinco notificaciones por posibles delitos de robos y desperfectos. Tanto los sucedidos la semana pasada como los de enero, según informa la Guardia Civil, se están investigando con minuciosidad para dar con los responsables. En este sentido, explican que "son labores complejas y largas, que llevan un tiempo".

Como en otras ocasiones, Lausín, destaca que los implicados intentan jugar al despiste. "Todo empezó el viernes por la noche, cuando sobre las nueve menos cuarto de la noche, vimos un fuego en la zona de Lucena. Entonces ya nos pusimos alerta porque luego atacan por otra zona". Poco después, algo más de media hora, saltó la alarma en una nave en Ricla. Eran unas seis personas a las que no se les pudo identificar.

A la mañana siguiente hicieron lo propio en otra finca, donde los propietarios repararon en que habían intentado robar al comprobar la rotura de varios cristales. A eso se suma, relata Lausín, que el miércoles lo intentaron en una finca con una vivienda, en la que el inquilino, acompañado de un perro guardián, repelió la intentona.

"Desde enero no sabemos nada. Estamos continuamente alerta, pero es agotador. Porque después de todo un día trabajando, nos duchamos y ya estamos listos por si hay que salir. Así no se puede estar. Te agota", lamenta Lausín.

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