Historia de la Academia General Militar de Zaragoza, en la que vivirá y estudiará la princesa Leonor

La AGM, con sede en la capital aragonesa, está formada por un conjunto de edificios ubicado en el barrio de San Gregorio, a la salida de la ciudad por la autovía de Huesca.

Academia General Militar de Zaragoza
Academia General Militar de Zaragoza
Archivo Heraldo

La Princesa Leonor seguirá los pasos de su padre, el Rey Felipe VI,  y recibirá formación militar durante los tres próximos cursos en las academias del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire y el Espacio, comenzando en la Academia General Militar de Zaragoza en septiembre, un edificio que se estableció en la capital aragonesa en 1927 durante el reinado Alfonso XIII, abuelo del rey emérito Juan Carlos I.

Abrió sus puertas el 5 de octubre de 1928 -tomando el testigo de la Academia General Militar de Toledo- como centro de formación militar del Ejército de Tierra, formando parte del séptimo proyecto de Enseñanza General Militar, que ofrecía un novedoso procedimiento tanto en España como en los demás países debido a que la enseñanza se realizaba en el seno de los propios regimientos.

Tras años como referencia formativa, la academia cerró sus puertas en 1931 con la llegada la II República, tras aprobarse un Decreto firmado por Manuel Azaña. Una ley de 1940 restablece la Academia General Militar y define su finalidad como “educar, instruir y preparar moralmente a los futuros Oficiales”. El rey de España y Capitán General de las Fuerzas Armadas, Juan Carlos de Borbón, se formó en la Academia de Zaragoza entre 1955 y 1957 y su hijo Felipe siguió más tarde sus pasos ingresando como Cadete en 1985. En septiembre de 2023 hará lo propio la princesa Leonor.

Así es el edificio principal de la Academia General Militar de Zaragoza

El edificio responde a una disposición simétrica de diversos pabellones perpendiculares a ambos lados de un amplio patio cuadrado, escenario de actos oficiales, como las juras de bandera. En el inmueble se diferencian dos espacios: el destinado a Academia y otro que cumple las funciones de cuartel para la tropa. Una serie de torreones y cuerpos paralelepípedicos coronados por almenas dan una imagen castrense al conjunto. Estos elementos, de ladrillo visto, son de inspiración neomudéjar, por lo que la academia se encaja dentro de un eclecticismo regionalista.

En su interior se esconden secretos como dos bibliotecas: la de alumnos y la histórica. La primera de ellas cuenta con unos 30.000 volúmenes de todo tipo que dan respuesta a la formación de sus cadetes. Por su parte, la biblioteca histórica, con 20.000 ejemplares que abarcan desde el siglo XVII al XX, se dedica a tareas de investigación.

En el lado oeste del histórico edificio, junto al templete del patio de armas, se encuentra la escalera del cañón, cuyo asalto es una de las tradiciones de los cadetes de la Academia. Ya en el interior, en una de las estancias se custodia una bandera histórica. Su valor es tal que da nombre al lugar: sala de la bandera. Fue un regalo de la reina María Cristina en 1886 –cuando la Academia todavía no estaba en Zaragoza- y la tradición cuenta que fue bordada por la propia reina. 

Un museo, que data de 1964 –aunque se tiene constancia de la existencia de una muestra desde finales de los años 40-, con ocho salas custodian recuerdos relacionados con los colegios y academias generales. 

Varias aulas, comedor, camaretas separadas por sexos, instalaciones deportivas y hasta un recinto para practicar hípica conforman esta joya histórica por la que ya han pasado más de 20.000 cadetes.

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