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La contrata de limpieza de Zaragoza empieza con un 20% más de personal y a la espera de la recogida de basura orgánica en octubre

Los nuevos depósitos avisarán del nivel de llenado y comenzarán a llegar en abril al Casco y al Centro. Habrá 24 vehículos más con tecnología más silenciosa, eficiente y ecológica.

La concejal de Servicios Públicos, Natalia Chueca, y el director general de FCC Medio Ambiente, Jordi Payet, este martes en la plaza del Pilar.
La concejal de Servicios Públicos, Natalia Chueca, y el director general de FCC Medio Ambiente, Jordi Payet, este martes en la plaza del Pilar.
Miguel G. García/Ayto.

El nuevo servicio de limpieza de Zaragoza comienza a funcionar oficialmente este miércoles. Y los ciudadanos empezarán a ver poco a poco por las calles las novedades que traerá consigo. Los contenedores, que estarán equipados con unos sensores que avisarán de su nivel de llenado para optimizar las rutas, se renovarán primero por los distritos Centro y Casco Histórico, mientras que la implantación de la recogida de basura orgánica, la gran novedad del contrato, se pospondrá hasta octubre. Los nuevos vehículos, que serán ecológicos y más modernos y eficientes, también se irán incorporando en los próximos meses. 

El megacontrato, que alcanza los 677 millones de euros para la próxima década, recayó el año pasado, de nuevo, sobre la empresa FCC Medio Ambiente. Incluye un amplio despliegue de maquinaria, depósitos y papeleras, así como cambios en el servicio, que se reforzará en todos los barrios y sumará una aplicación móvil en la que los vecinos podrán avisar de incidencias. También destaca la reducción del coste global que, con una inversión de 61,2 millones de euros sin IVA, según ha señalado durante la presentación de este martes la concejal de Servicios Públicos, Natalia Chueca, permite "ofrecer un mejor servicio" reduciendo el gasto municipal.

Igualmente hay cambios en la sección de personal, que se incrementa un 20% al pasar de 1.003 trabajadores a 1.188, y aumentará la limpieza durante las jornadas de domingos y festivos. Se recuperarán las actuaciones rotatorias y se hará una limpieza intensiva en cada barrio dos veces al año. Se intensificará el tratamiento en la zonas de botellones y en el entorno de los contenedores, así como la retirada de excrementos de la vía pública. 

Será precisamente en la limpieza donde antes se implantarán los cambios y llegará la nueva maquinaria, mientras que en la recogida tardará algo más. Se convertirá la flota de FCC en "una de las más sostenibles de toda España", según ha dicho la edil, al contar con un 68% de vehículos eléctricos y un 25% que funcionarán con gas natural comprimido. "Supondrá una revolución. Veníamos de medios que no se actualizaban desde 2008, que estaban totalmente obsoletos y no respetaban el medioambiente", ha señalado.  

Además, estarán equipados con última tecnología. Tendrán medidores de la huella de carbono y sistemas de detección de obstáculos y estarán insonorizados para tratar de reducir lo máximo posible el ruido, especialmente durante la recogida de vidrio. Los camiones recolectores pasarán de 56 a 64, los vehículos lavacontenedores, de 6 a 8, las barredoras en calzada se incrementarán de 11 a 17 y las de aceras, de 29 a 37 unidades. También se incorporarán triciclos eléctricos y carro portacubos y aumentarán los equipos de fregado, baldeo, barrido y de limpieza de contenedores, entre otros. 

También se incorporarán triciclos eléctricos y carros portacubos y aumentarán los equipos de fregado, baldeo, barrido y limpieza de contenedores, entre otros. Y se aplicará una nueva metodología, el barrido mecánico dual, que combina esta tecnología con el uso de sopladoras y otras herramientas para una limpieza más óptima y efectiva.

En dos fases

Aunque el gran cambio será, como ya se anunció, la implantación de la recogida de materia orgánica en toda la ciudad a través del quinto contenedor, de color marrón. Será a partir de octubre cuando se comenzarán a ver los nuevos depósitos, que estarán abiertos en una primera fase y que después se cerrarán y solo podrán utilizarse con una tarjeta electrónica, para evitar que los ciudadanos depositen un alto volumen de impropios y garantizar una correcta separación de los residuos.

Los otros contenedores también se sustituirán a partir de abril por otros con un diseño homogéneo y de menor altura para facilitar su uso por todos los vecinos. Se cambiarán los 3.380 de resto, mientras que habrá 2.100 de envases, papel y cartón y vidrio, frente a los 2.000, 1.800 y 1.780 que hay actualmente. Además de sensores de llenado, serán capaces de avisar si se produce un incendio o si vuelcan.

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