Cómo dar vida a pequeñas criaturas a través de la tecnología

El IES Emilio Jimeno de Calatayud coordina un proyecto Erasmus para fomentar nuevas vías de aprendizaje de los ámbitos científico y tecnológico.

Actividad en el IES Emilio Jimeno de Calatayud
Actividad en el IES Emilio Jimeno de Calatayud
JMACIPE

Figuras de masilla, corcho, papel, impresas en 3D o piezas de construcción pasen a tener vida. Con la inspiración del mito de Prometeo, el IES Emilio Jimeno de Calatayud, que, además, coordina un proyecto Erasmus para fomentar nuevas vías de aprendizaje de los ámbitos científico y tecnológico, ha acogido una actividad con parte de su alumnado y profesorado y también con estudiantes y docentes de un centro estonio, integrante de la iniciativa. Así, durante toda la semana han dado forma a sus particulares proyectos dándoles forma a caballo entre sus instalaciones y los nuevos espacios del Centro del Profesorado en la ciudad.

"Esta actividad es al margen de este proyecto, pero ha servido para que ellos se interesasen por ver cómo trabajábamos la tecnología y la ciencia", puntualiza María Cotallo Abán, jefa de estudios del Emilio Jimeno y organizadora de las actividades. Así, indica que "además de que puedan ver las clases y cómo se imparten, se pensó en que pudieran hacer un pequeño proyecto". En un primer momento, reconoce con humor, le pusieron de nombre "darle vida al barro", remontándose a la tradición grecolatina.

Ese mito de Prometeo ya lo trabajaron con anterioridad en otro proyecto comunitario sobre culturas europeas. "Desde matemáticas estudiamos la proporcionalidad, la semejanza y la igualdad de ángulos; en física y química, con la tabla periódica; en biología, las funciones vitales; en filosofía, las primeras preguntas sobre de dónde viene el hombre y en tecnología la parte de robótica", contextualiza la responsable.

Así, el lunes, explica Cotallo, se determinó el plan de trabajo, el martes se adentraron en la formación sobre las tarjetas de microbites y diseño con impresoras 3D y el miércoles lo pusieron en marcha. "Lo primero de todo fue que decidieran qué es estar vivo: para unos fue el latido del corazón, que salude, que hable o, si hubiéramos tenido un poco más de tiempo, que hubiera movido un brazo", añade la jefa de estudios. Uno de los modelos, sobre un maniquí en miniatura, ha contado con una pequeña pantalla en la que se dibuja un corazón que parpadea.

Entre las participantes estaban Jara Portero Val y Victoria Gallego Espadero, ambas de tercero de la ESO. "Han podido conocer cómo trabajamos la ciencia y la tecnología y a nosotras nos sirve para ver la parte práctica de lo que se puede hacer", reconocía la primera. En el caso de la segunda, valoraba que "es una manera de exponer los nuevos avances y todo lo que podemos hacer los jóvenes".

Ambas, al unísono, discrepan de que las carreras del ámbito tecnológico y científico –lo que se ha dado por llamar STEM: science, technology, engeniering and maths o ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas- sean masculinas. "Cualquier persona es capaz de llegar a lo que quiera ser, con la igualdad las mujeres pueden hacer el mismo tipo de proyectos", razona Victoria Gallego.

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