Este miércoles, una marea morada inunda las calles de ciudades y pueblos de toda España con motivo del Día Internacional de la Mujer. En Zaragoza, la jornada feminista ha comenzado con la marcha estudiantil que ha partido del campus de San Francisco si bien el acto central es la gran manifestación que desde las 19.00 recorre el centro de la capital aragonesa.

La convocada en 1983 con motivo del Día de la Mujer Trabajadora acabó con un serio incidente en el que al menos quince personas, entre ellas alguna mujer, resultaron heridas. La manifestación, a la que acudieron unas 3.000 personas, discurría con normalidad. Las personas asistentes corearon a lo largo del recorrido consignas alusivas en su mayor parte al derecho de la mujer al trabajo y al aborto. Pero al llegar al cruce de Gran Vía con Corona de Aragón un grupo formado por una treintena de jóvenes provistos de palos, cadenas de hierro y otros objetos/contundentes atacaron a los asistentes tras proferir cánticos relacionados con la extrema derecha que fueron abucheados por los manifestantes, tal y como contamos en HERALDO el 9 de marzo.

Testigos presenciales indicaron que desde los pisos de los edificios de la Gran Vía fueron lanzados varios ladrillos y piedras que causaron heridas en la cabeza de los manifestantes.

Entre los que tuvieron que ser asistidos en centros hospitalarios se encontraban personas conocidas, como Isabel Iniesta, esposa del dirigente regional de CC. OO., Lorenzo Barón, y Santiago Perinats, empleado del Ayuntamiento. También fueron atendidas varias personas vinculadas a la extrema derecha.

Como resultado de los incidentes también resultaron rotos cinco escaparates de la concesionaria de General Motors en el paseo de la Gran Vía y se pudieron observar varias manchas de sangre.

Tras los incidentes, la manifestación se pudo recomponer hasta llegar a la plaza de San Francisco, ya en un visible estado de nervios y de indignación.

A últimas horas de la noche, la Comisión Aragonesa en Defensa de la Vida hizo llegar a la redacción de este periódico un comunicado en el que se señalaba su no participación en lo ocurrido, al tiempo que manifestaban el repudio “por estos hechos violentos y antidemocráticos”.