'Método curly' en Zaragoza: orgullo de rizo

El fenómeno va más allá de trucos y productos para quienes quieren sacar partido de su pelo rizado: también es una corriente en alza.

Flavia Nardi, una tienda de las Delicias especializada en el Método Curly.
Flavia Nardi, una tienda de las Delicias especializada en el Método Curly.
Francisco Jiménez

Hubo que esperar a 2012 para ver a la primera princesa Disney con pelo rizado: Mérida, la protagonista de ‘Brave’. Si tomamos a estos personajes como un referente de la belleza aspiracional, resulta palmario cómo la melena lisa ha sido el epítome de la melena ideal en nuestra historia reciente.

Un reinado en solitario que se tambalea gracias a una revolución que quiere devolver el orgullo al rizo. Es el 'Método curly', un fenómeno mundial con dos principales puntos de apoyo. Uno está ligado claramente al consumo en forma de ‘influencers’ y grandes marcas vendiendo las ventajas de una interminable gama de productos. Otro es de más hondo calado y tiene que ver con nuevas relaciones de la mujer con su propio cuerpo, con la belleza natural y quererse tal y como uno es. También con referentes de belleza más diversos que incluyan por fin todo tipo de cuerpos y razas.

"El pelo rizado se ha visto como un pelo malo, rebelde", cuenta Flavia Nardi. Habla por experiencia. Desde hace un año luce su cabello natural, una espectacular melena de rizos como muelles que, aunque parezca increíble, ni sabía que tenía: "Desde pequeña mi madre, con su mejor intención, me alisaba la melena y me hacía coletas; después yo seguí, hasta que un día decidí ver cómo era la verdadera naturaleza de mi pelo".

La nueva relación de Flavia con su cabello ha ido más allá de lo personal y se ha convertido también en profesional. Se ha formado como especialista en el cuidado del pelo rizado y regenta una tienda dedicada a este tipo de melenas en el 6 de la calle Unceta de Zaragoza.

El local es un verdadero paraíso del pelo rizado, con productos de marcas, la mayoría muy desconocidas en España, capaces de tratar desde los pelos afro hasta los ondulados, comunes entre las españolas, o las permanentes. A la vez, Nardi es una especie de ‘evangelizadora’ del pelo rizado: "Vienen madres desesperadas, señalando a sus hijas y diciendo, contrariadas: “Mira qué pelo”. Mientras la niña contesta que no tiene la culpa de tener el pelo así. Se me parte el alma", dice Nardi.

La experta señala que parte de los problemas con los pelos rizados vienen del desconocimiento: "Aquí llegan clientas con cabellos quemados, maltratados, dañados...". Con este panorama, el Método Curly supone una guía específica, con trucos para problemas más frecuentes, como el encrespamiento.

Doce tipos de pelo 'curly'

Sin embargo, Flavia Nardi no es partidaria de "obsesionarse" con el método y aboga por buscar "un equilibrio". "Hay doce tipos de pelo rizado que dependen de la curvatura", explica Nardi. Si bien hay otros parámetros: la porosidad (cuanto más alta, más dificultad para hidratarlo), la densidad, el comportamiento en las diferentes estaciones, los momentos del año en los está más débil o su elasticidad.

"El cabello, además, cambia", avisa Nardi. "Cuando se ha sometido a sucesivos planchados o métodos de alisado o, simplemente, si siempre se ha llevado recogido o tirante, el rizo acaba perdiendo fuerza". La buena noticia -Flavia es ejemplo- es que se puede invertir el proceso: y ahí es donde entra el 'Método curly'. Pero Nardi matiza: "El proceso debe ser tan sencillo como tú quieras, dependiendo del tipo de pelo, pero sobre todo del resultado que quiera". En este sentido, alerta contra las redes: "Queda muy bien en YouTube, pero no es real porque ese de internet no es tu pelo".

En cualquier caso, un 'Método curly' básico empezaría con un buen lavado (solo del cuero cabelludo), para arrastrar productos anteriores. Flavia es partidaria de "no tirar lo que ya se tiene e ir incorporando los nuevos". Tras el lavado hay que quitarse el exceso de agua, aplicar el acondicionador (mejor con el gesto de las manos que rezan) y una vez a la semana o cada diez días, hacer una hidratación profunda.

Evitar el ‘frizz’

Flavia aconseja desenredar siempre en mojado y con los dedos o peine púas muy anchas. Y hacer bastante ‘mully mully’ (estrujar el pelo con las manos). Nunca hay que usar toalla, sino una camiseta de algodón o un paño de microfibra. Pero, dice Flavia, "creo que el encrespamiento hay que aceptarlo, no obsesionarse, simplemente tratar de mejorarlo". Los productos para lograrlo son hoy en día variadísimos, tanto en texturas como en composición: hay espumas, geles, texturizadores...

En cuanto al secado, de nuevo, Flavia aboga por la libertad y la adecuación a la vida de cada uno. "Si se es friolero, difusor, que además aporta más definición, menos frizz y duración".

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