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Los desalojados del Buñuel: "Hemos oído ruidos y la Policía ha entrado rompiendo una ventana"

Las cinco personas que había dentro del antiguo instituto salieron de forma pacífica y el Ayuntamiento tapió las ventanas de la planta baja. 

Desalojo del centro Luis Buñuel de Zaragoza.
Desalojo del centro Luis Buñuel de Zaragoza.
José Miguel Marco

La Policía Nacional desalojó este miércoles a los colectivos del Centro Social Comunitario Luis Buñuel, que todavía seguían utilizando el instituto que les da nombre pese a la orden del Ayuntamiento de Zaragoza de abandonarlo. Fue antes de las cinco de la madrugada cuando los agentes, tras recibir el lunes la autorización judicial, irrumpieron en el edificio, donde en ese momento había cinco personas que se encontraban durmiendo. En apenas una hora, ya habían registrado todas las habitaciones y no quedaba nadie dentro. Y posteriormente los técnicos municipales se encargaron de inspeccionar el inmueble, cambiar las cerraduras y tapiar todas las ventanas de la planta baja.

Las entidades, que empleaban el centro para desarrollar multitud de actividades sociales, solidarias, deportivas, artísticas y de toda índole, sabían que tarde o temprano la Policía iba a sacarles de allí, pero no por ello dejó de ser este miércoles un día especialmente "triste". Es lo que decía, todavía en la plaza de Santo Domingo, Laura Fernández, emocionada con las muestras de apoyo que estaban recibiendo por parte de los vecinos.

Ella era una de las personas que estaba dentro del Buñuel en el desalojo, que se produjo de forma pacífica. "Hemos oído ruidos y nos hemos despertado. Han accedido rompiendo una de las ventanas de delante, eran entre 30 o 40 policías", recordaba. Tras registrar e identificar a las personas que encontraron al entrar, que tuvieron que aguardar "sin poder hablar" entre ellos, los agentes recorrieron el resto del inmueble para comprobar que no había nadie más.

Utilizaban la segunda planta

Tuvieron que echar abajo algunas puertas que estaban con candado y romper los tabiques que cortaban el acceso al primer piso. El colectivo firmó un convenio con el anterior gobierno de ZEC para utilizar únicamente la planta calle, como recordaron fuentes municipales, pero habían abierto un butrón para llegar a las escaleras. Y estaban utilizando las aulas de arriba, que se encontraban en algunos casos llenas de ropa, pintura, herramientas, macetas, colchones, sofás y enseres de todo tipo. 

Unas condiciones que, según incidieron desde el área de Urbanismo, no eran en absoluto adecuadas en materia de prevención de riesgos e incendio, porque cualquier pequeña chispa o una colilla mal apagada podría haber acabado causando un fuego que, con tantos objetos desperdigados "en condiciones de acopio" por todas partes, se habría extendido muy rápidamente. También en algunas zonas había basura y escombros que se habían acumulado "con el ánimo de hacer barricadas", apuntaban las mismas fuentes. 

Durante los próximos días, la Policía Local permanecerá vigilando los accesos para evitar que nadie entre de nuevo al instituto. Y mientras, los operarios municipales trabajarán para vaciar y adecuar las instalaciones. El objetivo, según PP-Cs, es iniciar "de inmediato" las obras para convertir el espacio en un centro de mayores.

El alcalde, Jorge Azcón, defendió que el desalojo fue "ejemplar" y que permitió recuperar "lo que era de todos y tenían unos pocos". Sin embargo, desde el PSOE criticaron al gobierno por "renunciar al diálogo" debido a su "interés electoral" y ZEC pidió buscar una alternativa que permita la "gestión comunitaria" del edificio.

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