urbanismo

Zaragoza regulará las 'cocinas fantasma' para evitar molestias en los barrios 

Deberán ubicarse en locales en planta baja de menos de 100 metros cuadrados, en calles no peatonales con acceso para los vehículos de reparto. 

Un repartidor de Glovo en Zaragoza.
Un repartidor de Glovo en Zaragoza.
Laura Uranga

Antes de que se convierta en un problema, el Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido tomar medidas ante la proliferación de las denominadas 'dark kitchen' o 'cocinas fantasma'. Visto lo ocurrido en otras ciudades como Madrid o Barcelona, Urbanismo ha optado por regular la actividad de estos negocios, dedicados a la preparación y distribución de comida en locales cerrados al público, únicamente operativos para el reparto a domicilio. Aunque en la capital aragonesa solo hay por ahora alrededor de una docena de establecimientos de este tipo (y otros tantos almacenes), el Consistorio quiere evitar que lleguen a generar algún inconveniente o molestia en el futuro a los vecinos de los barrios en los que se ubican. 

Para ello, se va a impulsar la modificación aislada número 193 del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permitirá, según el concejal responsable del área, Víctor Serrano, "tener las normas del juego claras, ofrecer seguridad jurídica a quienes quieran implantar estas actividades y evitar perjuicios". Como ha indicado este miércoles, la propuesta, que deberá ser debatida por los grupos municipales, indica entre otras cuestiones las características de los locales donde podrá desarrollarse esta actividad para que sea compatible con las viviendas de las áreas residenciales. 

Así, en el caso de las 'cocinas fantasma' que se implanten en zonas urbanas, solo podrán encontrarse en un local de planta baja que no sobrepase los 100 metros cuadrados y que tenga acceso directo desde una calle con una anchura mínima de 12 metros y que no sea peatonal, para permitir el paso de los vehículos de reparto. Además, no podrá haber dos de estos negocios en una distancia inferior a 100 metros, incluyendo las zonas de espera para los repartidores, que deberán estar separadas de las áreas de manipulación de alimentos. 

En el caso de los 'almacenes fantasma' o 'tiendas fantasma', el tamaño de los locales se ampliará hasta los 300 metros cuadrados. No obstante, como ha informado el edil, los establecimientos ya instalados en la ciudad tendrán un plazo de un año desde la entrada en vigor de esta modificación para adaptarse a la nueva norma. 

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