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"Trucar bicicletas eléctricas no solo es peligroso, es constitutivo de delito"

Manipular el vehículo para aumentar la potencia del motor está prohibido, aunque en internet se encuentran tutoriales para hacerlo. En Zaragoza la Policía ya ha puesto algunas "sanciones puntuales". 

Una imagen de una bici trucada que superaba los 45 km/h.
Una imagen de una bici trucada que superaba los 45 km/h.
Guardia Civil

El motor de una bicicleta eléctrica deja de funcionar cuando detecta que se superan los 25 km/h. Esta limitación supone un fastidio para algunos ciclistas que desean ir más rápido y que acaban recurriendo a métodos para trucar sus bicis y "deslimitar" este tope. La práctica, por supuesto ilegal y muy peligrosa, se ha convertido en una moda extendida entre los ‘riders’ de algunas ciudades, si bien en Zaragoza, por fortuna, solo hay constancia de alguna multa puntual. 

Explican desde la Policía Local que en el momento en el que una bicicleta eléctrica supera sus límites de velocidad por estar trucada pasa a ser otro tipo de vehículo. "La persona que truca una bici eléctrica se enfrenta a responsabilidades penales porque ya no se desplaza en una bicicleta de asistencia al pedaleo por motor eléctrico, sino en un vehículo a motor sin estar autorizado a ello", aclaran. La velocidad de asistencia del motor nunca debe superar los 25 km/h y una vez alcanzada esta cifra el motor debe apagarse. Si esto no sucede, si la bici -por ejemplo- alcanza los 40 km/h es considerado un ciclomotor, con lo que el vehículo tendría que tener matrícula y seguro, y al ciclista se le exigiría también un carné. "Ya no se trata simplemente de una sanción económica sino que se convierte en una infracción penal, esto es, un delito contra la Seguridad Vial", explican.

"El que truca una bici eléctrica conduce un vehículo a motor sin estar autorizado a ello"

La Policía Local no discrimina entre "multas a ciclistas que han alterado su bicicleta" y otras infracciones de conductores que circulan sin la licencia correspondiente, pero, aún reconociendo que en Zaragoza solo se han detectado "casos puntuales", confirman que alguna que otra sanción sí se ha cursado. En ocasiones han detectado vehículos de dos ruedas que estaban en animosa marcha sin que el ciclista pedaleara (recordemos que el motor auxiliar ayuda al pedaleo), lo que ha hecho sospechar a los agentes y dar el alto al ciclista. Otras veces han sido controles rutinarios que se aplican también a vehículos de movilidad personal (VMP) los que han podido hacer saltar la liebre. En los carriles bici también se establecen este tipo de controles de velocidad y de alcohol e, incluso, existen máquinas con sensores capaces de medir la rapidez con la que cruza, por ejemplo, un patinete.

En diversos talleres de bicicletas de la capital aragonesa aseguran que no han recibido peticiones de clientes para hacer estos trucajes, pero admiten que es un tendencia cada vez más extendida y que, incluso, existen tutoriales en Youtube o blogs en los que se dan consejos y se dice cómo "deslimitar" la velocidad. Hace unos días surgió también la polémica en webs de venta como Amazon, en donde pueden adquirirse kits para manipular el vehículo e inhabilitar el sistema de asistencia contraviniendo el reglamento: se llaman ‘speed box’ o ‘ciclo teck’, rondan los 200 euros y hay para casi todos los modelos. La plataforma alega que "no es responsable de los productos que los vendedores independientes suben a su web" y advierte en los anuncios de que estos dispositivos "solo están permitidos en zonas privada y nunca en las vías públicas abiertas al tráfico". ¿Quién tiene una calle privada en casa?

Algunos de los 'gadgets' que se comercializan para alterar las bicicletas.
Algunos de los 'gadgets' que se comercializan para alterar las bicicletas.
Heraldo

Preocupación en el sector

Hasta tal punto preocupa esta práctica que la Confederación de la Industria Europea de la Bicicleta (Conebi) y asociaciones nacionales vinculadas con este sector -incluida Ambe (Asociación de Marcas y Bicicletas de España-, se han unido en la firma de un compromiso para evitar la manipulación de las bicis eléctricas. Los fabricantes han pedido a la Unión Europea que prohíba la venta y el uso de kits llamados a la manipulación o el tuneo de las bicis eléctricas, que continúan experimentando un auge de ventas: en Ambe calculan que antes de 2030 más de la mitad de las bicis que se despachen en España serán eléctricas.

Hay distintos modos de trucar una bici eléctrica pero lo más común es eliminar el límite de velocidad con el que ha sido diseñada o añadir un dispositivo que accione el motor (un puño acelerador) sin que haya pedaleo. También existe la posibilidad de convertir una bici tradicional en una eléctrica, pero conviene no hacerlo de manera casera porque las eléctricas han de cumplir con la homologación europea.

Una bicicleta manipulada e intervenida por los agentes de la Guardia Civil.
Una bicicleta manipulada e intervenida por los agentes de la Guardia Civil.
Guardia Civil

En las tiendas de bicicletas recuerdan que, además de ser ilegal, estas manipulaciones son muy peligrosas y dejan al cliente desamparado de toda garantía o servicio posterior en caso de avería o fallo que pueda pretender. "Al superar la velocidad para las que han sido fabricadas están forzadas y es probable que la batería se estropee o acorte su autonomía", explican, al tiempo que recuerdan que el precio medio de estas bicis supera los 2.000 euros por lo que no compensa "jugársela". De igual forma, es probable que los frenos y las ruedas se desgasten mucho más rápido.

Antes de 2030 más de la mitad de las bicis
que se vendan en España serán eléctricas

En cuanto ven que el motor está trucado, en los talleres dicen tener la tentación de denunciar pero no dan más paso que el de explicar al ciclista los peligros a los que se expone, él y el resto de usuarios de la vía. Los motores de las bicis eléctricas tienen que tener una potencia inferior a los 250W y estar homologado por el reglamento de la UE 186/2013. "Uno de los máximos atractivos que ha disparado la venta de bicicletas eléctricas es que se pueden llevar igual que una sin motor. Es decir, la DGT no te obliga a tener permiso de circulación, ni seguro, ni a pasar una ITV ni siquiera a llevar casco. De lo contrario, su avance sería mucho más lento", explican los profesionales del sector. Precisamente, al trucar las bicis, lo que se hace es convertirlas en un vehículo a motor sobre el que cae como espada de Damocles todos los citados condicionantes. Es lo que sucede con el fenómeno de lo que llaman ‘speed bikes’, cuyos motores tienen hasta 4000W de potencia, y que se consideran "vehículos de motor de dos ruedas ligeros", por lo que han de pagar, incluso, impuesto de circulación.

Obviamente, el de las trampas con las bicis eléctricas no es un mal exclusivo de España sino que se da en toda Europa, sobre todo, con la extensión de los servicios a domicilio de los ‘riders’ que se atomizaron con el confinamiento pandémico. Donde se están tomando medidas más serias y ‘ejemplarizantes’ es en Francia: una nueva ley impone multas de 30.000 euros y hasta un año de cárcel a quien manipule bicicletas.

​En Francia ya se imponen multas de
hasta 30.000 euros y un año de cárcel

En España, ¿a qué multas se enfrentan quienes cometen esta ilegalidad? Depende de cómo se interprete la infracción que, en esencia, no sería la de superar la velocidad permitida sino la de conducir un vehículo careciendo de licencia para ello. Si bien la muy grave infracción de circular sin carnet está sancionada con hasta 6.000 euros de multa y penas de prisión de hasta seis meses, explican los expertos que en caso de provocar un accidente -muy plausible con un vehículo trucado- el autor se enfrenta a penas de cárcel de cinco años e indemnizaciones millonarias.

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