zaragoza

La plantilla de Avanza vota hoy el convenio con los sindicatos aún divididos

El referéndum se celebrará hasta pasada la medianoche y si el resultado fuese negativo la huelga volvería este jueves día 15.

Un autobús urbano.
Un autobús urbano.
Guillermo Mestre

Parecía que jamás iba a llegar. Que esta era una huelga condenada a no terminar. Porque la falta de entendimiento entre la concesionaria Avanza y el comité de empresa y las tensiones existentes entre los propios sindicatos alejaban cada día la posibilidad de alcanzar un acuerdo que pusiera fin al conflicto. Pero cuando la situación ya era insostenible, con unos usuarios más que hartos de sufrir los efectos de los paros del bus urbano durante casi dos años, el preacuerdo llegó. Y hoy la plantilla debe dar su opinión sobre él en referéndum. Si el resultado es positivo, se firmará un nuevo convenio colectivo para 2023 y con efecto retroactivo para los años 2020, 2021 y 2022. Si es negativo, los representantes de los trabajadores volverán a llevar la protesta a las calles.

La votación ha comenzado esta mañana en las cocheras de Avanza a las 4.30 y concluirá pasada la medianoche, a las 0.15. Debido a la hora de finalización, en el caso de que los empleados rechazaran el acuerdo el comité ha decidido por cuestiones organizativas que los paros parciales se retomarían el día 15, jueves, en lugar del 14. Antes, los trabajadores estuvieron llamados ayer a participar en una asamblea en la que se les informará sobre todos los pormenores del preacuerdo.

En concreto, el borrador, que modifica unos 50 artículos, establece que, en el caso de que la inflación supere las mejoras salariales acordadas (un 8,5% en total), los empleados recuperarán el equivalente al 75% de la suma de los índices de precios de consumo (IPC) de los cuatro años de duración del convenio (concluirá el 1 de enero de 2024), con un mínimo garantizado del 12%. Además, incluye dos días de reducción de jornada (uno en 2023 y otro en 2024) y descansos de fines de semana completos para el 50% de la plantilla, así como otros avances en materia social y de conciliación familiar. También se creará una comisión para acordar nuevos cuadros de descanso.

El documento fue ratificado en la reunión del 2 de diciembre en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA). Lo firmaron todos los sindicatos salvo el CUT, que ya ha pedido directamente el voto negativo a través de sus redes sociales e incluso ha exigido la dimisión de los líderes del actual comité, presidido por Sattra e integrado por CC. OO., UGT y CSIF. Según manifiestan, el convenio propuesto "perjudica gravemente a la plantilla", ya que, según sus cálculos, supondría para los trabajadores la pérdida de más de 3.000 € de poder adquisitivo.

La mala relación entre ambos sindicatos fue creciendo en los últimos meses con continuos cruces de acusaciones que dificultaban aún más alcanzar un acuerdo. Incluso Sattra llegó a acusar al asesor del CUT, Javier Anadón, de "hacer daño a la plantilla" tensando la situación.

Las cesiones

También el presidente del comité, José Manuel Montañés, reconoce no estar "satisfecho" y habla de la pérdida de alrededor de cuatro puntos porcentuales de subida salarial (debido a que se garantiza el 75% del IPC y no el 100%) y otros ocho por atrasos, pero rechaza lanzar ningún mensaje a la plantilla que incline el voto hacia un lado u otro. "Está sobre la mesa el acuerdo y lo que perdemos; ahora cada uno tiene que decidir", asegura. Tampoco se lanza a hacer ningún vaticinio, ya que asegura que entre las opiniones de los trabajadores "hay de todo". No obstante, ya dijo en su momento que la actual propuesta es "la menos mala" y que "garantizará que la pérdida de poder adquisitivo sea la menor posible".

Desde Avanza, por su parte, su director en Zaragoza, Guillermo Ríos, manifestó tras la firma del preacuerdo que la empresa también tuvo que "ceder bastante". Sin embargo, tras tantos meses de conflicto, aseguró que se había llegado a un punto tan "crítico" que incluso amenazaba a la "viabilidad" de la compañía. Y, de hecho, había dado un ultimátum al comité que significaba que la propuesta que hizo en septiembre el órgano de mediación solo iba a estar sobre la mesa durante el mes de noviembre.

Finalmente el acercamiento llegó un día después de la fecha límite e hizo falta que la empresa presentara una nueva oferta de revisión salarial que, sumado a la reducción de jornada que se pactó durante la negociación, hizo posible la firma del acuerdo. Ahora solo falta que la plantilla lo apoye para terminar por fin con la huelga más larga de la historia del servicio en la ciudad, que ha supuesto –hasta el 1 de diciembre– 650 días de conflicto laboral, 197 de paros parciales, 90 reuniones y 51.300 horas descontadas de los conductores y el resto de trabajadores.

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