Un estudio arroja luz sobre el primer fósil de dinosaurio de la provincia de Zaragoza

El ingeniero Clemente Sáenz halló los restos en Villanueva de Huerva en 1926.

Homenaje rendido por el Ayuntamiento de Villanueva de Huerva y el centro de interpretación al que acudieron hijos y nietos de Clemente Sáenz.
Homenaje rendido por el Ayuntamiento de Villanueva de Huerva y el centro de interpretación al que acudieron hijos y nietos de Clemente Sáenz.
Dinosaurios de Zaragoza

Desde hace años en el mundo de la paleontología a Clemente Sáenz García, ingeniero soriano nacido en 1897 que lideró la comisión geológica de la Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro, se le ha atribuido el logro de haber dado con el primer fósil de dinosaurio en la provincia de Zaragoza. Sin embargo, se desconocían datos como la fecha y el lugar hasta que Jesús Martín, responsable del centro de interpretación de Villanueva de Huerva se propuso arrojar luz sobre el asunto. Ahora ya se ha confirmado que fue un 29 de agosto de 1926 cuando Sáenz encontró vértebras, trozos de hueso, escamas y dientes en lo que siete décadas después se bautizó como yacimiento de Pochancalo, en esta misma localidad.

Para conseguir esclarecer esta historia, Martín se ha sumergido en la documentación de hace casi un siglo, uniendo dos coordenadas diferentes para dar con la información exacta. "Clemente Sáenz, por su trabajo, recorrió muchísimos lugares de España de los que dio muchísima información no solo geológica sino también paleontológica". La presencia de Sáenz en la zona en ese momento, junto a otros dos técnicos de la Confederación, se explica porque estaban elaborando el informe para levantar el pantano de Las Torcas, en Tosos.

De aquella visita, además de los pertinentes análisis para su profesión, Sáenz sacó tiempo para notificar lo que había encontrado. Lo hizo a José Royo, paleontólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, que publica ‘Los vertebrados del Cretácico español de facies heráldica’ y allí cita que Sáenz ha dado en la "región alta del Huerva (Zaragoza)" con "escamas y dientes de Lepidotus, algunas vértebras y trozos de huesos largos de dinosaurios".

Clemente Sáenz en la Fuente del Pez, un manantial estival del Huerva en Tosos.
Clemente Sáenz en la Fuente del Pez, un manantial estival del Huerva en Tosos.
Archivo de la CHE

Diario personal del ingeniero

La única forma que Martín encontró para definir más esa "región alta del Huerva" fue recurrir al diario del propio Sáenz, que le facilitó su hijo Fernando. "En aquellos apuntes, la descripción del lugar concreto próximo al pueblo de Villanueva coincide con exactitud con la desembocadura del barranco Morenillo en el río, junto al lugar llamado Los Estrechos".

Por su parte, en el estudio geológico del embalse, también explica que Sáenz limitó a "indicar su existencia, digna de ser estudiada detenidamente, y a citar el hallazgo de algún hueso de vertebrado de ya cierto tamaño".

"Ha sido como unir cabos, pero ha merecido la pena porque no siempre se le ha valorado", subraya Martín. A la hora de destacar posibles yacimientos, Sáenz lo hizo no solo con el de Villanueva, sino también con los de otros lugares, como el de Enciso, en Logroño, y en la playa fósil de Peralta de la Sal.

Como una forma de recuperar su memoria, el centro de interpretación y el Ayuntamiento de Villanueva le rindieron un homenaje al que acudieron hijos y nietos del ingeniero soriano. "Fue muy emocionante y hemos hecho todo lo posible para darle esa relevancia", apunta Martín. De hecho, el centro ha incorporado una pequeña sección, con un panel interpretativo y varios enseres de Clemente Sáenz, para seguir manteniendo viva la llama de su legado.

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