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Los médicos de Zaragoza acusados de la muerte de un paciente declaran que actuaron bien

Los dos facultativos, para los que se pide prisión, son juzgados por el fallecimiento de un hombre de 66 años.

La Ciudad de la Justicia prácticamente vacía en el primer día laboral en estado de alerta.
El juicio comenzó a celebrarse ayer en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza..
Oliver Duch

Los dos médicos acusados de causar la muerte por imprudencia a un paciente al que operaron de un tumor cerebral defendieron ayer su actuación profesional y atribuyeron el fallecimiento a un fallo cardiorrespiratorio. Ambos manifestaron que la muerte no tuvo relación ni con la operación que le practicaron ni con una segunda intervención quirúrgica que debería haberse hecho de manera «urgente» – según la familia y el informe médico forense– y que, sin embargo, la retrasaron un día al no apreciar tal urgencia.

Los facultativos S. J. C. y C. A. F. se enfrentan a una acusación de homicidio por imprudencia por la que la Fiscalía y las acusaciones particulares, ejercidas por los abogados Francisco García Berenguer y Miguel Ángel Calavia en nombre de la mujer y las hijas del fallecido, piden sendas penas de dos años y cuatro meses de cárcel y cuatro de inhabilitación, además de indemnizaciones que suman 234.000 euros.

La familia del fallecido, de 66 años, acudió a la consulta de S. J. C. en junio de 2.016 con un diagnóstico de un tumor en el lóbulo frontal izquierdo. A pesar de que era benigno, estaba junto al nervio óptico y, con el tiempo, podía perder la visión. Una de las tres opciones de tratamiento era la cirugía, que se llevó a cabo el 1 de agosto de 2016 en un hospital privado de Zaragoza. La operación y la evolución, según el acusado, fueron buenas tanto que el día 12 le dieron el alta, decisión que fue tomada en «equipo» y calificó de «correctísima». La familia no cree lo mismo, ya que dice que tenía una hemiplejia, el cuello y cara inflamados, hablaba y se movía mal.

S. J. C. declaró ante el juez que en la intervención se produjo un hematoma subdural agudo, que se detectó en el primer TAC del 2 de agosto aunque, en su opinión, iba ser reabsorbido por el paciente. Este también sufrió una afasia (dificultad para hablar), algo que el médico señaló que era «reversible». Por lo demás, declaró que todo era «normal» y el enfermo estaba «consciente, hablaba, respondía, comía, andaba y no tenía alteraciones pupilares».

A casa en coche particular

Así que el 12 de agosto le dieron el alta y le recomendaron que se fuera a casa en un vehículo particular porque una ambulancia, dijo, va muy rápida, coge baches y nunca se sabe cuándo se va a hacer el traslado. Sin embargo, no todo fue tan bien y dos días después el hombre empeoró y su familia lo llevó a un centro donde le hicieron un TAC de urgencia y se detectó un hematoma subdural agudo en el hemisferio izquierdo de 13 milímetros y una desviación de 8,3 milímetros.

El enfermo fue trasladado de nuevo a Zaragoza y S. J. F. y su equipo optaron por un tratamiento «conservador» y programar una segunda operación cuando el hematoma se había cronificado. En la intervención se produjo un «resangrado» pero, según declaró, la evolución fue muy buena y el resultado del TAC del día 20 de agosto fue «fabuloso». Pero el día 21 falleció a causa, según el médico, de un problema cardiaco. «Su muerte no cuadra con un enfermo neurológico».

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