venta de textil de invierno

“He comprado el doble de pijamas gordos y el triple de batas que el año pasado y lo voy a vender todo”

Los comercios de textil para el hogar y las mercerías hacen acopio de productos más abrigados ante la previsión de aumentar las ventas por la subida del precio de la calefacción.

Marta Colás, de Lencería San Antonio, ante el mostrador de su establecimiento
Marta Colás, de Lencería San Antonio, ante el mostrador de su establecimiento
M.O.

El precio de la energía va a aumentar este invierno y las comunidades de vecinos ya están avisando de que la calefacción se va a encender menos horas y con menos temperatura. La respuesta de los ciudadanos ha sido inmediata y, a pesar de que el frío no ha llegado aún a Zaragoza, se han acercado ya a sus comercios de referencia a hacer acopio de ropa de abrigo para estar en casa y de textiles más gruesos para las camas. “He vendido ya pijamas de terciopelo gordo y batas de invierno, que normalmente se venden en diciembre, y es por el tema de la energía”, dice Marta Colás, de Lercería San Antonio.

“La previsión de vender este tipo de productos es bestial. He comprado el doble de pijamas gordos que el año pasado y el triple de batas. Si en 2021 compré 50, esta temporada he comprado 150. He cargado sin talento, para las tres provincias, y lo voy a vender todo”, asegura Colás.

El cómo lo sabe esta comerciante no es un misterio. “El mostrador habla de eso”, dice. “Hay un revoloteo alrededor de la ropa de invierno. Las clientas ya se la están probando para ver cómo les queda y mis proveedores también están aumentando el número de pedidos en previsión de la alta demanda que se espera”, añade Colás. “Ya he vendido el 10% más de batas que el año pasado y haciendo calor. En octubre de 2021 aún no me habían preguntado por ellas”, insiste la propietaria de esta lencería. Y es que según esta comerciante, “no sabemos cuándo va a llegar el frío pero este invierno vamos a ver la tele con bata”. En esta mercería también han constatado un aumento de las ventas en productos que antes apenas se demandaban. “Están pidiendo también bata de caballero, que antes no se vendía. Mi marido ya me ha dicho que quiere una”, constata Colás.

La misma percepción tiene Elisa Sevilla, de Lencería Clinc: “Ya hemos notado que la gente viene a por pijamas más gordos que otros años y batas más largas”, explica esta comerciante. “Los clientes comentan que es porque la comunidad les va a poner menos la calefacción”, dice Sevilla. “Estos pijamas tan gruesos los vendíamos mucho más adelante, cuando ya había llegado el frío”, apunta.

Sábanas térmicas y mantas para el sofá

El textil para el hogar también se ha visto arrastrado por esta tendencia. “Las ventas de sábanas de franela o térmicas ha aumentado un 70% respecto al año pasado”, explica Andrés Teixidó, CEO de San Carlos. “Es muchísimo. Y las mantas de sofá y los edredones en torno a un 30%”, añade. “Esto responde a una necesidad y es la de sentirse caliente en la cama y en el sofá porque se va a poner menos la calefacción o no se va a poner”, afirma Teixidó. Atendiendo a esta alta demanda, “hemos adquirido un 20% más de estos productos de cara a esta temporada de invierno y pensamos que lo venderemos”, asegura el responsable de San Carlos. Esta empresa aragonesa ha introducido precisamente esta temporada la moda ‘Homewear’ de ropa de abrigo para estar en casa “después de que el personal de nuestras tiendas nos hiciese llegar esa demanda por parte de los clientes, quienes les comentaban que no iban a enchufar tanto la calefacción”, señala Teixidó.

Coincide en esta opinión Jéssica Eslada, dependienta de la tienda de textil Tramas. “Hemos notado un aumento de las ventas de mantas para el sofá y de rellenos de edredón”, dice Eslada. “Los clientes también me preguntan qué sábanas abrigan más, si las de algodón o las de fibra térmica y me comentan que vienen a cambiar el relleno que tienen en el nórdico por otro más gordo”, explica esta dependienta. “Se nota que se están aprovisionando por el aumento del precio de la calefacción”, afirma Eslada. No son solo los clientes. Los textiles que les están llegando hablan de este cambio en la demanda. “Nos están mandado rellenos de fibra de 400 gramos en vez de los de 350 de años anteriores y pijamas gordos de coralina para niños, que otras temporadas apenas teníamos”, constata la Eslada. “Ya hemos notado el aumento de las ventas de estos pijamas, también para adultos. Este invierno vamos a ir cargaditos”, asegura la dependienta.

Bolsas de agua caliente, resisten y crecen

Otro producto que se está vendiendo muy bien en estas fechas a pesar del calor es la bolsa de agua caliente. Un elemento que pensábamos olvidado pero que resiste el paso del tiempo. “Todos los años se venden pero este otoño estoy vendiendo más, unas tres al día, a pesar de que no ha llegado el frío”, dice Victoria Madre, dependienta de la ferretería José Luis. De hecho, este establecimiento, ubicado en el barrio de la Magdalena de Zaragoza, ha aumentado también su stock de este producto. “Hemos comprado casi un 20% más de bolsas de agua caliente que el año pasado en previsión al aumento de las ventas”, explica Madre. Y es que “la gente habla y cuentan que por la noche se meten en la cama con la bolsa para entrar en calor porque no quieren poner ninguna estufa”, afirma esta dependienta. 

Bolsas de agua caliente en el escaparate de la ferretería José Luis, en Zaragoza
Bolsas de agua caliente en el escaparate de la ferretería José Luis, en Zaragoza
M.O.

El perfil de cliente también ha cambiado. “Antes era sobre todo gente mayor, pero ahora son jóvenes, incluso no llegan a los treinta”, afirma Madre. “Es también por un tema ecológico. En este barrio hay muchas personas que llevan un estilo de vida más verde y prefieren usar menos la calefacción tradicional”, asegura esta dependienta.

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