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"Al ver a la mujer con la pierna sangrando a borbotones solo pensé que podía salvarle la vida"

La primera persona con la que se cruzó la madre acuchillada por su hijo en Zaragoza al salir a la calle pidiendo auxilio fue el enfermero de la Jefatura Superior de Policía, que paseaba por la zona. 

El enfermero Rodolfo Serrablo, en su despacho de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.
El enfermero Rodolfo Serrablo, en su despacho de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.
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La suerte puede tornarse de un lado y de otro en cuestión de segundos. El mejor ejemplo, lo que le ocurrió este domingo por la tarde a una vecina del barrio de Torrero de Zaragoza. Porque si el infortunio quiso que fuera su propio hijo quien la apuñalara y estuviera a punto de arrebatarle la vida, un inesperado giro del destino propició que la primera persona con la que se cruzó instantes después al salir a la calle pidiendo auxilio fuera un enfermero. Casualmente, uno de los sanitarios que prestan servicio en la Jefatura Superior de Policía de Aragón, quién inmediatamente le practicó un torniquete y evitó que muriera desangrada.

El acuchillamiento se produjo sobre las siete y media de la tarde en una vivienda del número 9 de la calle de Biescas, pero la asistencia tuvo lugar casi 50 metros más lejos: distancia que la víctima, de 66 años, recorrió malherida escapando de su agresor y tratando de encontrar ayuda. «Yo iba paseando solo cuando al llegar a la esquina de la calle Fray Julián Garcés me topé con una mujer con una pierna sangrando a borbotones. Casi no me dio tiempo a hablar con ella, vi que la situación era muy grave y solo pensé que podía salvarle la vida. Fue una reacción refleja, un automatismo», reconocía por la mañana a HERALDO Rodolfo Serrablo, uno de los dos enfermeros de la plantilla de la Policía Nacional en Zaragoza.

Restos de sangre frente al portal de la casa donde tuvo lugar el suceso
Restos de sangre frente al portal de la casa donde tuvo lugar el suceso
Heraldo.es

El sanitario, con casi veinte años de experiencia, tiene por costumbre llevar siempre consigo un pequeño bolso o bandolera con un kit de emergencia que incluye unos guantes de plástico y una goma de torniquete. «La herida estaba localizada en la parte superior del muslo derecho, casi a la altura del glúteo. Por la cantidad de sangre que brotaba pensé enseguida que la mujer podría tener afectada la arteria femoral, una de las más importantes del cuerpo», explicaba.

A Serrablo le había tocado en alguna ocasión auxiliar a otras personas en la calle, pero «nunca» en una situación tan extrema. Y se concentró tanto en lo que hacía, que ni siquiera pudo precisar cuánto le llevó colocar el torniquete. «Son situaciones tan críticas que no reparas en el tiempo. Lo que sí recuerdo es que enseguida llegaron varios compañeros de la Brigada de Seguridad Ciudadana y me ayudaron a tumbar a la víctima en el suelo, porque no llegó a perder la consciencia pero estuvo a punto», contaba. «El miedo que yo tenía era que la mujer entrara en parada cardiorrespiratoria», confesaba. Sin embargo, gracias a sus reflejos, el apoyo de otras dos enfermeras que pasaban por la zona y la rápida llegada de dos ambulancias del 061 y de los Bomberos de Zaragoza se evitó un final fatal.

"El miedo que yo tenía era que la mujer entrara en parada cardiorrespiratoria", confesaba

El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Aragón tenía intención de tomar hoy declaración al detenido, de 36 años e identificado como A. V. G. B., por lo que se prevé que sea este martes cuando pase a disposición judicial. Y lo hará en calidad de investigado por un delito de tentativa de homicidio, ya que el propio enfermero que auxilió a la víctima explicaba que la cuchillada entrañaba un riesgo vital. «Por lo menos yo así lo considero, serán después los médicos y los forenses quienes puedan concretar más», puntualizaba.

La víctima recibe el alta

Los investigadores serán los que determinen ahora cuáles fueron los motivos que pudieron llevar al agresor a intentar matar a su propia madre. Para ello, además de con la acuchillada, a la que hoy dieron el alta hospitalaria en el Miguel Servet, y con el arrestado, la Policía podrá hablar también con la abuela de este último. Al parecer, esta se encontraba en el domicilio cuando se produjo la acalorada discusión. Y aunque habría tratado de mediar e impedir que su nieto hiriera a su madre, la violenta acometida del joven fue imparable.

El ataque, que la Policía Nacional considera un nuevo caso de violencia doméstica, se produjo después de que madre e hijo discutieran a gritos. Como reconocían ayer varios vecinos del bloque, el jaleo fue tal que algunos llegaron a asomarse a las ventanas. Desde la Jefatura Superior recordaban el domingo que el investigado podría tener problemas derivados del consumo de drogas.

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