Por qué habría que hacerle un monumento al corro del chirimbolo

Los Titiriteros de Binéfar encienden con oficio y tradición la chispa de la fiesta en el Parque de las Marionetas.

Gran ovación para los Titiriteros de Binéfar.
Gran ovación para los Titiriteros de Binéfar.
A. U.

Faltaban aún unas horas para que comenzasen oficialmente los esperados Pilares de 2022, pero los Titiriteros de Binéfar ya habían escenificado con su oficio y calidad por qué las fiestas populares son necesarias para la salud de la sociedades. Desde el principio se generó una comunión intergeneracional al margen de la rutina y el estrés diarios y tejida con el hilo de la tradición. Divirtiendo, los Titiriteros son verdaderos divulgadores y prescriptores de la cultura y geografía aragonesas. Una fórmula infalible e inmarcesible elaborada al calor de algo aparentemente tan sencillo como bailar el corro del chirimbolo.

Con poderío demiúrgico, los Titiriteros animaron a la gente a cogerse de las manos -parece mentira que hace un año todo lo presidiera la distancia social- y dando vueltas mareantes se hizo la fiesta en el Parque de las Marionetas.

Ganas se nota que había. Gran parte del público venía entregado de casa y abarrotó el recinto desde antes de las 11.00, la hora marcada para el inicio del espectáculo. La mayoría de los padres (y tíos y abuelos) se sabían las canciones y guiaban a sus hijos en viajes imaginarios a las cimas de los Pirineos o a las estaciones de tren de Huesca o Zaragoza. El periplo incluyó también todo tipo de músicas, de la jota al rock. Lo mismo se sacudían las manos a modo de castañuelas que se meneaban las caderas.

Eva Paricio, maestra de ceremonias, ya lo avisó desde el principio: lo suyo es muy diferente a lo que ofrecen internet y las pantallas. Y hubo que darlo todo: "¿Estáis cansados?", preguntaba después de que allí todo mundo hubiera saltado, rodado por el suelo o hecho un trenecito con humo y agua de verdad incluidos.

Así, tan en alto, los Titiriteros de Binéfar han inaugurado el Parque de las Marionetas, una de las citas que a estas alturas ya pueden elevarse a la categoría de clásico en el programa de fiestas. A partir de este misma mañana, son varios los escenarios y carpas (Bagdad, el Palacio de los Prodigios, Teatro de las Melodias, Mágica, Cabeza Parlante y Salón de los Sueños) que ofrecen verdaderas delicatessen del panorama nacional e internacional del teatro para niños hasta el día 12 de octubre.

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