feria del pilar
Paciencia, que queda mucha feria
La Feria del Pilar se reanuda con una novillada de López Gibaja de escaso juego y contenido. Diego García da una vuelta al ruedo
El término paciencia, del latín ‘patiens’, viene del que padece. Implica sufrimiento, el de la espera y el de la desesperación. También esperanza… y en esas transcurrió la tarde de este sábado, entre la indiferencia de lo que vimos y la fantasía de lo que está por venir.
Podemos rescatar al quinto novillo, que vino templado y humillado de entrada y terminó siendo desaprovechado por Diego García. Podemos salvar a Álvaro Alarcón, con su oficio y los naturales sueltos. Pero no seríamos justos con el conjunto ni con el que debe volver este domingo, y pasado mañana...
La novillada de López Gibaja vino dispar, escasa de presentación y juego, y la terna sin templanza ni asiento. Sin convicción, que es lo primero que hace falta entre jóvenes con el futuro en juego…
Lo más destacado del primer turno de Santana Claros fue verle matar -mal- con la mano izquierda. Antes, hicieron más fuerza sus subalternos para levantar al novillo del albero, tirando del rabo, que él con la muleta.
Y tampoco ante el cuarto mejoró. Siempre fuera de cacho, ante un animal que también empezó por los suelos por su falta de brío, y terminó por cualquier parte. Por donde lo llevó -y no al revés- un torero sin ideas. Perdido hasta entrar a matar.
Más animoso se vio a Diego García, líder del escalafón pero muy tosco en su concepto. Ante el primero, de embestidas alegres aunque descompuestas, solo acompañó el viaje. Sin mando. Sin llevarlo de verdad. Sin vaciar los muletazos… y aún así se le pidió una oreja tras enterrar una estocada contraria.
Bien Carolina Chaves. La vuelta al ruedo fue más que suficiente. Excesiva, teniendo en cuenta lo que el de San Sebastián de los Reyes propuso después, descomponiendo a ese quinto novillo que metía bien la cara, con recorrido, y soportó un sinfín de trapazos sin el compromiso que sí quiso ofrecer su compañero Álvaro Alarcón.
El toledano quiso hacer las cosas bien ante el tercero, se puso con más verdad, pero su labor no tuvo rotundidad. Le funcionó la mano izquierda pero no la diestra, ni con la muleta ni con la espada.
Después, ante el sexto, que echaba la cara arriba con brusquedad, abrevió con una soberbia estocada. Agradecida en una tarde de mal uso de los aceros y de dos horas y cuarto que se hicieron eternas...
Plaza de toros de Zaragoza. Tercer festejo de la Feria del Pilar. Un quinto de entrada en los tendidos. Volvió a sonar el himno de España antes de que se rompiera el paseíllo.
Santana Claros: pinchazo, estocada trasera y dos descabellos (silencio tras aviso); estocada contraria (ovación).
Diego García: estocada trasera tendida (vuelta al ruedo tras leve petición de oreja); cinco pinchazos y descabello (leve división al saludar).
Álvaro Alarcón: dos pinchazos y estocada delantera desprendida (silencio); estocada trasera y dos descabellos (silencio).
Entre las cuadrillas, destacó la brega de Miguel Ángel Sánchez con el cuarto. El Ruso y Juan Cantora saludaron tras banderillear al segundo.
Presidió Carolina Chaves: Regular, aguantó bien la petición de oreja a Diego García pero se equivocó al mantener al inválido cuarto.
