Cabify seguirá en Zaragoza pese al fin de la moratoria y busca más chóferes con licencia

Este viernes expira el periodo de gracia que dio el decreto Ábalos y regirán los permisos municipales.

Un coche de Cabify circula por la avenida de José Atarés, en el barrio del Actur
Un coche de Cabify circula en Zaragoza.
José Miguel Marco

El próximo viernes expira el periodo de gracia concedido por el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a los vehículos de alquiler con conductor (VTC), por el cual podían operar sin restricciones para compensar la inversión realizada. Cuatro años después de aquel decreto, la actividad quedará regulada por las normativas autonómicas que cada comunidad haya legislado, y en el caso de Aragón, de las autorizaciones municipales que otorgue cada ayuntamiento. Estas nuevas reglas del juego pueden poner en riesgo el futuro de Cabify en la capital aragonesa, donde sus coches circulan desde 2020. Sin embargo, fuentes de la compañía aseguran que su plataforma seguirá operativa en la ciudad "sin ningún cambio para el usuario", aunque reconocen que buscan nuevos chóferes habilitados.

"La plataforma sigue abierta, son los poseedores de licencias VTC los que se pueden ver afectados. Si no tienen permiso para hacer trayectos urbanos no se podrán conectar a Cabify", apuntan desde la compañía. Por ello, añaden, mantienen "conversaciones" con empresas y autónomos del sector que estén dispuestos a ofrecer sus servicios bajo su logo en la capital aragonesa.

A esta situación se añade otro condicionante. Aunque Cabify no aporta información sobre el número y procedencia de las licencias que operan en su plataforma, se estima que buena parte de ellas proceden de un cupo de 80 permisos que desbloquearon los tribunales en 2020. De esta forma, su validez podría prorrogarse todavía un año más.

En cualquier caso, será el Gobierno de Aragón el encargado de tramitar las sanciones que sean necesarias por los incumplimientos de la normativa actual. Para ello contará con la colaboración de la Policía Local de Zaragoza, que estas semanas ultima los detalles y las pruebas del nuevo sistema informático con el que controlarán las matrículas de los vehículos VTCy sus posibles infracciones.

"La acogida de Cabify en Zaragoza fue excelente desde el primer momento y ha ido mejorando a medida que se asentaba entre usuarios y empresas", señalan desde la compañía, que reitera que "la ‘app’ seguirá disponible a partir del 1 de octubre" en la capital aragonesa.

Un largo conflicto

Las licencias VTC han estado en el ojo del huracán desde su aparición. Se trata de un tipo de permiso utilizado tradicionalmente por compañías que ofrecían vehículos con chóferes para eventos o traslados de empresa que convivían sin problemas con el sector del taxi hasta que Uber y Cabify comenzaron a utilizarlas para operar en las ciudades.

Para ello, aprovecharon que en 2009 se aprobó la Ley Ómnibus, que liberalizaba servicios como el transporte y anuló la ratio prevista de una licencia de VTC por cada 30 de taxi. Posteriormente se bloqueó esta posibilidad, pero miles de permisos ya estaban concedidos, por lo que sus titulares acudieron a la vía judicial, que poco a poco les fue dando la razón.

En este contexto, el Gobierno central aprobó el denominado ‘decreto Ábalos’, que les permitía operar durante cuatro años para recuperar la inversión. A partir de entonces –el próximo 30 de septiembre–, su circulación en vías urbanas se ceñirá a las regulaciones autonómicas. La DGA, partidaria de blindar el sector del taxi, recogió el guante y aprobó un texto que establece unas condiciones muy exigentes de explotación a este tipo de empresas. Entre otras limitaciones, deben transcurrir 15 minutos desde la reserva hasta el trayecto y no pueden buscar clientes circulando por las calles. Además, cede las competencias a los ayuntamientos para conceder autorizaciones municipales.

En la capital aragonesa hay 1.777 taxis, así que para cumplir con el ratio 1/30 se pueden conceder 59 licencias de VTC. Las primeras en solicitarlas fueron las empresas tradicionales de alquiler de vehículos, que este verano recibieron sus licencias por parte del Ayuntamiento. "Siempre hemos convivido bien con los taxistas, hacemos un trabajo distinto", comenta Carlos Quílez, responsable de una de las firmas con más solera del sector en la capital aragonesa.

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