"Me obligaron a prostituirme desde la primera noche que me trajeron a Zaragoza"

Seis mujeres nigerianas declararon cómo les propusieron salir de la miseria en su país y buscar una mejor vida en Europa.

El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
raquel

Seis mujeres nigerianas, amparadas por la protección judicial de ser testigos protegidos, declararon este martes ante la Audiencia Provincial, no sin dificultades por el idioma, cómo les propusieron salir de la miseria en su país y buscar una mejor vida en Europa. Todas ellas terminaron en Zaragoza forzadas a ejercer la prostitución con amenazas, golpes, privadas de libertad y de documentación y habiendo contraído una descomunal deuda con la organización criminal que contactó con ellas. Trece integrantes de la red acusada de trata de blancas con fines de explotación sexual, inmigración ilegal, prostitución coactiva y blanqueo de capitales están siendo juzgados y se enfrentan a penas que suman más de 100 años de cárcel.

Las historias de las víctimas, con alguna variación, son similares. Dos de ellas contaron que en 2016, en su ciudad, les propusieron viajar a Europa, trabajar y ganar dinero. Sin darles muchas explicaciones sobre a qué tipo de trabajos podrían acceder pero ofreciéndoles buenas expectativas, abandonaron Nigeria y cruzaron media África (vía Togo, Mali, Argelia y Libia) y terminaron sorteando el Mediterráneo en patera hasta la isla italiana de Lampedusa. Allí fueron internadas en un centro de extranjeros, algunas varios meses y otras, semanas. Después, la organización mafiosa que las convenció inicialmente les pagó un avión desde Nápoles a Barcelona o Madrid y desde allí a Zaragoza.

Una de ellas relató que llegó a la estación de autobuses de la capital aragonesa donde la esperaba la acusada Nancy O. (una de las principales implicadas junto a su hermana Sandra O.) La llevó a su domicilio de la calle de Sangenis y la instaló en una habitación. "Esa misma noche me despertó, me pidió que me pusiera una ropa y me dijo que en ese momento iba a trabajar en la calle", declaró. Le dijo también que ella iba a ser su ‘madame’ y que tenía que pagar los 20.000 euros en gastos que había contraído por el viaje desde Nigeria a España prostituyéndose. Después la llevó a la plaza de Roma, donde Nancy O. también se prostituía en ese momento, y allí empezó todo.

Afirmó que le quitaron el pasaporte y que las hermanas le hicieron un "tratamiento mágico" de vudú para tenerla bajo control. Además de golpearla frecuentemente, la amenazaban con que en caso de que se negara a prostituirse y a darles el dinero, irían a buscar a su familia en Nigeria porque sabían donde vivía y la tenían localizada. 

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