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Un conductor de un bus escolar admite que hizo tocamientos a una alumna de 14 años en Zaragoza y acepta dos años de cárcel 

La niña tiene una deficiencia visual del 85% y se sentaba en primera fila, lo que el acusado aprovechó para entablar relación

El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Heraldo/Raquel Labodía

Pablo José G. N., de 36 años, de profesión conductor de un autobús escolar, ha sido condenado a dos años de prisión por los tocamientos de índole sexual a los que sometió a una niña de 14 años a la que diariamente llevaba desde el instituto hasta su domicilio. La menor, que tiene una deficiencia visual del 85%, se sentaba siempre en la primera fila del autobús, circunstancia que el acusado aprovechó para entablar conversación con ella y hacerle todo tipo de preguntas íntimas y comentarios obscenos, tales como que tenía "buenas tetas" y "buen culo", así como proposiciones para que saliera con él.

El juicio contra Pablo José G. N. se iba a celebrar el pasado 21 de julio, pero el representante de la Fiscalía, el de la acusación particular y el de la defensa presentaron un escrito de conformidad en el que el acusado reconocía ser autor de un delito de abuso sexual a una menor de 16 años y aceptaba indemnizar a la víctima 3.000 euros, lo que permitía al tribunal aplicarle la atenuante de reparacón del daño. De esta forma, ha sido condenado a dos años de cárcel, seguidos de cinco de libertad vigilada, y no podrá acercarse o comunicar con la chica durante tres años.

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2019, a comienzo del curso escolar. El chófer recogía cada día a la adolescente en el centro educativo y la trasladaba hasta su domicilio. Uno de los primeros días el acusado le preguntó los años que tenía y ella respondió que 14, a lo que el acusado manifestó que «si tuviera 18 años…»

Otro día Pablo José G. N. le preguntó si tenía cuenta en lnstagram y le pidió que lo buscara, cosa que la menor hizo. A partir de que él aceptó la solicitud de amistad en la mencionada red socuial, comenzaron a cruzarse mensajes en los que el acusado le preguntó por su vida personal, si tenía novio, si era virgen y que es lo que hacía con los chicos que había estado. Al decirle que había tenido novio, le dijo que con el "cuerpazo" que tenía no tardaría en encontrar otro porue estaba "muy buena" y frases similares.

La sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia recoge que como la chica tenía una importante deficiencia visual, el acusado se ofrecía ayudarla a bajar del autobús y en tres ocasiones a finales de septiembre de 2019 el acusado con ocasión de ese gesto de ayuda, le hizo tocamientos en los pechos, actos que la adolescente le recriminó y él respondió que había sido "sin querer".