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Yan Komnatnyi: “No queremos ser refugiados, sino quedarnos aquí haciendo lo que mejor se nos da: competir”

El Stadium Casablanca ha puesto en marcha una colecta para permitir que tres deportistas de élite ucranianos, Yan, Valentín y Bohdan, puedan quedarse en Aragón.

Yan Komnatnyi junto a los nadadores Valentin y Bohdan, en el Stadium Casablanca.
Yan Komnatnyi junto a los nadadores Valentin y Bohdan, en el Stadium Casablanca.
Toni Galán

El Stadium Casablanca ha puesto en marcha una colecta para permitir que estos tres deportistas de élite ucranianos, Yan, Valentín y Bohdan, puedan quedarse en Aragón mientras surge otra alternativa.

Si nada ni nadie lo remedia, Yan Komnatnyi, Valentín Nesterkin y Bohdan Tambovtsev tendrán que regresar a su país en tan solo unos días. La peripecia de estos tres jóvenes, Yan (29 años); que es entrenador de Valentin (21) y Bohdan (19), todos ellos vecinos de Jarkiv, comienza en el momento en que Putin invade Ucrania, pero a Zaragoza llegaron hace tan solo unos días.

“Vinimos a España hace unos meses para poder continuar con nuestros entrenamientos en un centro especializado de la Seu de Urgell”, relata Yan. Hace tan solo unas horas ha recibido un mensaje de su hermano, que sigue en su ciudad natal junto a sus padres, le envía una fotografía de una explosión a menos de 300 metros de su casa. Han pasado los meses, y cada vez se habla menos de lo que allá ocurre, pero la guerra sigue y el entrenador todavía no da crédito a lo que está sucediendo en su país.

Los tres están considerados deportistas de élite en su país, Yan, además, pertenece al International Swimming Club Energy Standard -equipo profesional francés de natación que participa en la Liga Internacional- en su caso, como parte de la selección ucraniana. De hecho, Yan ha preparado durante años a un equipo mixto de nadadores de 15 a 17 años rusos y ucranianos: “Hoy se han cortado los lazos, ya no hay comunicación, y de verdad que no logro entenderlo”.

Fue el pasado 30 de junio cuando, con motivo de la celebración del Trofeo Ciudad de Zaragoza de Natación, que se disputaba los días 2 y 3 de julio, organizado en el Stadium Casablanca, llegaron a la capital aragonesa. “Desde ese día nos alojamos en el Seminario de Zaragoza gracias a la ayuda del arzobispado y del Stadium, pero el plazo se termina en unos días y, si no pasa nada, ya deberíamos regresar a casa”, explica el entrenador.

Antes de la guerra, Yan, que proviene de una familia humilde, compaginaba tres trabajos para llegar a fin de mes -allí el salario mínimo interprofesional ronda los 150 euros al mes-, todos ellos, eso sí, vinculados al mundo del deporte. “Empecé a nadar con ocho años y a los 18 me hice entrenador. No sé hacer otra cosa”, afirma.

Por eso, y a pesar de mostrarse profundamente “agradecido y muy sorprendido” con la ayuda recibida por Cruz Roja, el Arzobispado de Zaragoza y el Stadium Casablanca, asegura que lo que quiere es tratar de devolver todo lo que están haciendo por ellos: “No queremos ser refugiados, sino tener la oportunidad de quedarnos aquí haciendo lo que mejor hacemos: competir. Queremos aportar algo a la gente que nos ha dado la oportunidad de seguir. Voy a dar lo mejor de mí”.

Aunque ello implique tomar una de las decisiones más duras de sus vidas: abandonar su país. “Amo Ucrania, a mi familia, a la que extraño cada día, y a mi país. Pero en estos momentos siento que los he perdido, y que no tengo nada que hacer allí. Quiero trabajar, y poder traerlos aquí para que estén a salvo”, explica el joven.

De hecho, para Yan -que ya tiene en mente las Olimpiadas de 2024- recordar todo lo que está ocurriendo en su país es muy complicado. “No debemos perder la concentración, nos estamos preparando para competir”, advierte. Estos jóvenes nadadores entrenan tres horas cada mañana y otras tres cada tarde, distribuidas en once sesiones de piscina y cinco de gimnasio. “Son más de 20 horas semanales”, especifica Yan.

Sin embargo, ni Yan ni sus deportistas olvidan los primeros bombardeos, ni a la gente haciendo las maletas corriendo, ni el tener que salir de sus casas sin rumbo y prácticamente con lo puesto. “Cientos de personas estuvimos tres semanas viviendo en el metro. Solo recuerdo pánico y miedo”, asegura.

Un crowdfunding para quedarse en Aragón

Por eso, su objetivo es encontrar un empleo que les permita, al menos, quedarse en Aragón. “Yo me puedo hacer cargo de ellos, llevarlos a vivir conmigo, y ellos podrían compaginar el entrenamiento con trabajos por horas, lo que sea para poder seguir”, admite. ¿Lo ideal? Ser fichados por un club o lograr un trabajo de lo suyo: “Sería un sueño parque sueñana mí”.

Desde el Stadium Casablanca decidieron poner en marcha un crowdfunding para intentar recaudar fondos y lograr que los tres deportistas puedan quedarse aquí. Así lo explica Miguel Gil, director técnico de la Sección de Natación de Stadium Casablanca. “Cuando nos contó Yan la situación que estaban atravesando decidimos ponernos en contacto con el Arzobispado que enseguida nos prestó ayuda en cuestión de alojamiento y comida. Sin embargo, necesitan algo más”, relata.

Por eso, Gil asegura que están trabajando para buscar algún tipo de salida laboral para estos deportistas y, a su vez, poner en marcha una campaña de crowdfunding que aparecerá anunciada en sus redes sociales, con el objetivo de reunir aportaciones para los tres jóvenes. 

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