zaragoza

Vecinos del entorno del parque Bruil: "De ser como un pueblo se ha pasado a un barrio sucio, inseguro y con okupas"

Desde la Asociación de Vecinos señalan que el deterioro de esta zona de la ciudad cada vez "va a más". 

Estado de una de las calles del entorno del parque Bruil.
Estado de una de las calles del entorno del parque Bruil.
francisco Jiménez

Desde hace un tiempo, Irene Bescós, vecina del entorno del parque Bruil de Zaragoza, duerme con las ventanas cerradas (vive en un tercero) por temor a que alguien entre en su domicilio por la noche y siempre lleva consigo una alarma cuando sale de casa. Confiesa que tiene miedo ante la inseguridad que detecta en su barrio, en el que reside desde hace más de 40 años.

Hace unos días, esta céntrica zona de la ciudad acaparó los titulares de los medios tras la paliza que sufrió el hostelero que gestiona el quiosco-terraza del parque por parte de un cliente tras pedirle que pagara al contado su consumición. Una agresión que se suma a un repunte de las denuncias vecinales, que hablan de "abandono, falta de limpieza, inseguridad y okupación". "Este suceso, que puede pasar en cualquier bar, ha hecho despertar que aquí ocurren cosas. El deterioro del barrio, de tantos pisos okupados, se arrastra desde hace cuatro años, y cada vez va a más. La okupación entra dentro del deterioro que ha habido durante muchos años", apunta Carmen Turégano, presidenta de la Asociación de Vecinos Parque Bruil-San Agustín.

Esta explica que el mayor problema es el "deterioro" de los pisos del grupo Aloy Sala, un conjunto residencial con cerca de 750 viviendas, de las cuales al menos cien están vacías. "Son viviendas de hace 60 años, sin ascensor y no se ha hecho prácticamente nada en el entorno. Al haber tantos pisos deshabitados, se van okupando y es un llamamiento. Hay familias conflictivas, que están dificultando la convivencia. Últimamente hay muchas peleas en el barrio e incluso delincuencia. En ocasiones ha habido detenciones en estos pisos porque se ha encontrado droga. Y también está la suciedad acumulada. Hay gente que se está planteando incluso marcharse de aquí porque tienen inseguridad", señala Turégano, quien apunta que la mayoría de los pisos okupados están en procesos judiciales. "Y también se está produciendo (la ocupación ilegal de vivienda) en las antiguas casas de Instalaza", añade.

Los vecinos también se quejan de las "broncas" que se producen por las noches en la plaza de Tauste y su entorno y de un bar "conflictivo" que hay en el barrio. "Hay gente a la que le da miedo pasar por la calle donde está este bar. Se monta jaleo y se ve delincuencia", sostiene la presidenta de la Asociación de Vecinos Parque Bruil-San Agustín. Hace unos días, a raíz de la agresión al hostelero, la Policía Nacional activó un dispositivo especial con patrullas de uniforme y de paisano, reforzando así la vigilancia en la zona en aras a contribuir a mitigar la sensación de inseguridad de los residentes. También se ven coches de la Policía Local, que colabora habitualmente con ella.

Óscar Martínez, propietario de la carnicería Hnos. Martínez (en la calle de Monreal desde hace 27 años), apunta al refuerzo policial que se nota estos días en el barrio y recuerda que el pasado noviembre le entraron a robar a su negocio, a las 21.00 "sin ningún miramiento". "Me tiraron la luna; les daba igual que pasara gente por la calle o no. Lo que estamos viviendo últimamente es una dejadez. Hay personas en la calle que beben mucho y causan problemas. Están creando incertidumbre, se degradan locales y pisos y la gente siente inseguridad. No quieren pasar por según qué calles y eso nos perjudica a los negocios y a los vecinos", afirma.

"No dejo a ningún trabajador solo por la tarde"

Por su parte, Sergio Mata, dueño del restaurante Garnet (junto al edificio Trovador), sufrió un robo antes de la pandemia. "Rompieron la cerradura y robaron el dinero de la recaudación. Ahora es habitual que niños que van sin los padres nos entran, roban los helados y se van corriendo. Esto nos ha pasado dos veces en estas dos últimas semanas y ya no dejo a ningún trabajador solo por la tarde en el establecimiento. La inseguridad ha coincidido con el tema de la okupación. Cada año van a más los problemas: violencia, okupación, suciedad...", enumera. Mientra otra mujer, hija de un vecino de 93 años, habla de "zona inhabitable" para "cientos de ancianos" que viven en ese barrio. "El parque Bruil se ha convertido en un salón de indigentes y gente de mal vivir. Conviven los columpios con cartones de vino y cervezas", comenta.

Otro de los problemas que denuncian los vecinos es la acampada de persona sin techo ("entre 20 o 30") en soportales de edificios que no tienen locales-bajos (en la calle de Pascual Albero Burillo). Inmaculada Sánchez, miembro de la Junta de la Asociación de Vecinos, denuncia que dejan sus enseres tirados por "todos los sitios" y hacen sus necesidades ahí. "Están al lado de una escuela infantil municipal. Son daños colaterales del albergue municipal. En el albergue nunca hay problemas; el problema son los que no entran, que pululan por el barrio, están bebiendo por la calle, se van a dormir y discuten entre ellos", señala esta vecina, que vive en Tenerías desde hace 38 años. "No me quiero ir de aquí. Pero si lo van dejando todo de lado y se va deteriorando... Si no arreglas el techo, se meterán las goteras; pues aquí lo mismo", se lamenta.

Tanto Carmen Turégano como Irene Bescós, también miembro de la Junta de la Asociación, hacen hincapié en su deseo de recuperar el barrio de antes. "Era muy tranquilo y familiar; ibas por la calle y todo el mundo te saludaba. Era como un pueblo y se ha pasado a un barrio inseguro, sucio, abandonado y con okupación", asegura Irene.

La presidenta de la Asociación de Vecinos reivindica más limpieza de calles, más seguridad y la apertura del aparcamiento público junto al parque Bruil (adjudicado a una empresa para su explotación), entre otras. "Y que no se abandone el parque; en el parque Grande se gastaron miles de euros en flores y aquí tenemos cuatro rosas arguelladas", destaca Turégano, que se muestra esperanzada de la rehabilitación de las viviendas del grupo Aloy Sala a través de los fondos europeos (next generation). "El Ayuntamiento de Zaragoza ha presentado cuatro proyectos de rehabilitación y uno de ellos es este. Vamos a luchar porque sea uno de los principales y se lleve a cabo hasta el final la rehabilitación de todo el entorno", subraya.

Esfuerzo importante en la rehabilitación desde el Ayuntamiento

Por su parte, fuentes del Consistorio zaragozano apuntan que se está en proceso de definir, junto con el Gobierno de Aragón, dónde se invierte el dinero que llega de Europa. "Aloy Sala es uno de los conjuntos urbanos donde está previsto invertir. Hay voluntad, el Ayuntamiento tiene ya el trabajo muy adelantado; la sociedad municipal Zaragoza Vivienda tiene los proyectos, ha contactado con los administradores de la propiedad y eso se tiene que sustanciar en un acuerdo. En el tema de la rehabilitación se está haciendo un esfuerzo muy importante en Zaragoza, pero los plazos de los fondos europeos, con el dinero que llega a través de la DGA, no son rápidos. No nos han dado todo el dinero que hemos pedido, aunque esperamos que pueda venir más", indican.

Sobre el tema de la okupación de pisos en el grupo de viviendas Aloy Sala, fuentes municipales resaltan que el Ayuntamiento lamenta profundamente este tipo de situaciones y aluden a la necesidad de un cambio normativo y legal a nivel nacional (desde el Gobierno de España) para que se pueda echar a quienes entran ilegalmente en una vivienda y generan problemas en los barrios. "Desde el Consistorio se ha reclamado muchas veces que la legislación cambie para permitir intervenir a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y a jueces y fiscales. El Ayuntamiento tiene poco margen: cuando se detecta que las viviendas no reúnen las condiciones de habitabilidad (como ha ocurrido en el Casco Histórico, donde se sellaron determinadas viviendas). Pero en el problema de la ocupación ilegal la intervención corresponde en primer lugar a los propietarios y a la Policía Nacional, jueces y fuerzas de seguridad del Estado, que no tienen instrumentos", aseguran. Asimismo, recuerdan que el actual equipo de gobierno del Consistorio puso en marcha una oficina de asesoramiento contra la okupación.

En cuanto a las quejas de los residentes del entorno del parque Bruil de suciedad en calles y abandono del espacio verde, desde el Consistorio se refieren al trabajo diario que se hace desde el servicio de limpieza y de parques y jardines. "Todas las zonas verdes y las calles tienen su mantenimiento. En cualquier caso, si hubiera algún problema puntual se puede comunicar con el Ayuntamiento -como se hace habitualmente- y se interviene de forma inmediata en ese barrio y en todos de la ciudad", señalan, al mismo tiempo que llaman a respetar lo público a aquellos vecinos que pudieran actuar de forma incívica.

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