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El audiólogo condenado por el timo de los sonotones vuelve a las andadas en Utebo

La Guardia Civil investiga las denuncias presentadas por varios ancianos contra el dueño de un centro audiológico que apenas ha durado unos meses abierto.

La tienda de Utebo, que tiene un cartel de ‘se alquila’, está cerrada.
La tienda de Utebo, que tiene un cartel de ‘se alquila’, está cerrada.
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La Guardia Civil acaba de abrir otra investigación contra Adolfo C. S., el audiológo zaragozano sobre el que pesan ya varias sentencias condenatorias por el timo de los sonotones. Durante algún tiempo no dejaron de lloverle denuncias y se convirtió en un habitual de los banquillos, a los que llegó a arrastrar alguna vez a su propia esposa. Uno de los juicios más sonados se celebró en la Audiencia de Zaragoza en marzo de 2015, cuando la Fiscalía llegó a pedir para él tres años y medio de prisión acusándolo de estafar a casi una veintena de ancianos. Poco o nada se había vuelto a saber de este hombre desde entonces, pero todo apunta a que ha vuelto a las andadas.

Las últimas denuncias contra Adolfo C. S. las han interpuesto varios vecinos de Utebo, ya que fue en este municipio donde el zaragozano decidió montar su nuevo centro audiológico. El local, ubicado en la esquina de las calles de Santa Teresa y Pablo Gargallo, se abrió al público hace solo unos meses. Pero en el escaparate principal cuelga ya el cartel de "se alquila". Según ha podido confirmar HERALDO, a comienzos de mayo la Policía Local de Utebo se presentó allí para obligarle a cerrar. El motivo: carecía de licencia de actividad.

Pero al margen de las posibles irregularidades administrativas, la Guardia Civil investiga de nuevo al audiólogo por otro presunto fraude. Y lo hace porque al menos media docena de clientes dicen haber pagado importantes cantidades por sonotones que no han recibido. Como siempre, los denunciantes son en su mayoría octogenarios.

"Al poco de abrir, mi padre se paró un día en el escaparate de la tienda. Este hombre lo vio y salió a la calle a buscarlo. No sé cómo, una vez dentro lo convenció para comprarse unos audífonos. Y no solo eso, le dijo que tenía que dejar una fianza de 3.000 euros y lo acompañó hasta el banco para que sacara el dinero", explica la hija del anciano de 84 años. Cuando esta mujer y su hermano se enteraron de lo que había ocurrido, fueron al centro audiológico a preguntar por el dueño y exigirle explicaciones. "Pero no había forma de concertar una cita con este señor, siempre nos daban largas. Al final, ni nos han entregado los sonotones ni nos han devuelto el dinero", se lamenta.

Al denunciar su caso, se enteró de que no era la única que se había sentido engañada por Adolfo C.S. De hecho, ha corrido la voz y existe ya hasta un grupo de Whatsapp de presuntos damnificados. Y parece que entre estos habría vecinos de Utebo, pero también de núcleos próximos como Monzalbarba o Sobradiel.

La Benemérita investiga de momento todos estos casos, ya que para poder detener al sospechoso por un presunto delito de estafa habrá de acreditar el engaño. Porque aunque sobre el audiólogo han recaído varias condenas, una de ellas de dos años y medio de prisión en 2015 a raíz de una denuncia que interpuso una anciana de 91 años, cabe recordar que también hay procedimientos en los que ha resultado absuelto.

"Pagamos 11.000 € por tres aparatos que nunca recibimos"

Una de las personas que han denunciado ahora al zaragozano Adolfo C. S. es una mujer que estuvo tres meses contratada como dependienta en el centro audiológico de Utebo y que tampoco ha cobrado "ni una sola nómina". "Cogí una baja para operarme de la espalda y cuando volví me encontré la tienda cerrada", explica. "Y el problema no es ese –añade–.Lo peor es que mi madre, mi prima y yo le compramos tres aparatos por los que pagamos 11.000 euros y tampoco hemos sabido nada de ese dinero. Por supuesto, los doy por perdidos".

Lo más curioso es que la denunciante conoció al investigado porque es vecino de su madre en Casetas. "Tengo 60 años y me faltaban solo unos meses de cotización para poder cobrar una pensión. Así que cuando me preguntó si querría trabajar con él le dije que sí.Yese fue mi error", se lamenta. Los intentos de esta mujer por contactar con el audiólogo han resultado baldíos. "Sé que está en su casa, pero no abre nunca", dice.De ahí que haya decido sumarse al resto y tramitar una denuncia ante la Guardia Civil.

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