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De multa a cárcel: elevan la condena al hombre que acosa a los policías en Zaragoza
Durante la agresión agarró de los testículos a uno de los agentes y dio una patada a otro en la misma zona.
La Audiencia Provincial acaba de elevar la pena que un juzgado de lo Penal impuso a Sergio D. Z. por atentar contra dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Si en primera instancia fue condenado a tres multas que sumaban 1.476 euros por delitos de resistencia y lesiones, el tribunal le impone ahora cinco meses y 29 días de cárcel, así como 600 euros de multa y el pago de 1.290 euros de indemnización a los dos agentes. El motivo es que la Audiencia considera que su conducta merece un reproche penal mayor y entiende que los delitos que cometió son atentado y resistencia grave.
El acusado está diagnosticado de trastorno antisocial de la personalidad y ha desarrollado una obsesión delirante cronificada contra la figura de la autoridad (tanto Guardia Civil, Policía Nacional, como Local). De hecho, ya tiene otras condenas por hechos similares, además de por acosar al abogado que ha representado a los funcionarios en los casos abiertos contra él, Marco Antonio Navarro. El trastorno de personalidad que padece ha llevado a los jueces a aplicarle la eximente incompleta por enajenación mental, circunstancia que se ha compensado con la agravante de reincidencia.
Los hechos por los que fue condenado Sergio D. Z. en esta ocasión se remontan al 12 de octubre de 2020. El acusado viajaba de copiloto en un vehículo conducido por su amigo Domingo F. A., también condenado a seis meses de cárcel por atentado. En la calle de Borja se toparon con un coche patrulla parado y pidieron a los agentes que lo apartaran. Estos últimos se identificaron como tales y les explicaron que estaban efectuando un servicio. Además era una vía peatonal, por lo que les hicieron saber que no podían acceder.
«He dicho que quitéis el coche, perras, sé quienes sois, os he reconocido, sois unos hijos de puta», fue la respuesta de Sergio D. Z. Uno de los policías le dijo que bajara del turismo, a lo que el acusado respondió agarrándolo del brazo desde el coche y subiendo la ventanilla para aprisionárselo. Cuando los agentes abrieron la puerta, Sergio D. Z. les propinó varios puñetazos en el rostro, agarró a uno con fuerza de los testículos y a otro le soltó una fuerte patada en la misma zona.
