Último adiós a Carmelo Borobia, "un obispo cercano al pueblo"
El funeral por el obispo auxiliar de Zaragoza y Toledo y obispo de Tarazona ha sido celebrado a las 11.00 de este lunes en la basílica del Pilar, presidido por el arzobispo de la ciudad, Carlos Escribano.
Un cardenal, seis arzobispos, seis obispos y numerosos sacerdotes procedentes de las diócesis de Pamplona, Zaragoza, Tarazona y Toledo han participado este lunes en el funeral de Carmelo Borobia, quien fuera obispo auxiliar de Zaragoza (1990-1996), obispo titular de Tarazona (1996-2004) y obispo auxiliar de Toledo (2004-2010), fallecido este sábado en la capital aragonesa. La misa ha tenido lugar a las 11.00 en la basílica del Pilar, y ha sido presidida por el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano.
En su homilía, Escribano ha destacado cómo Borobia "supo encarnar la cercanía del pastor desde el deseo de estar con la gente". A su juicio, esa cercanía "se hacía palpable en sus visitas pastorales a los pueblos de las tres diócesis en las que sirvió como pastor". El arzobispo de Zaragoza también ha destacado el "carácter inquieto" de Carmelo Borobia, que le hacía preocuparse también "por la conservación del patrimonio, visitando e impulsando las obras de la catedral de Tarazona".
Tras la celebración de la misa, el cuerpo sin vida de Borobia ha sido trasladado a la cripta del Pilar, donde ha recibido sepultura. Escribano ha subrayado que así "se cumple también el lema episcopal de don Carmelo: ‘A ti me arrimo'", un lema referido a la Virgen del Pilar por la que monseñor Borobia profesaba un "profunda devoción y una filial confianza".
Al funeral han asistido el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia; el arzobispo de Toledo y primado de España, Francisco Cerro; y el arzobispo castrense Juan Antonio Aznárez. También el obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz; el de Tarazona, Eusebio Hernández; y el de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, así como el obispo auxiliar de Toledo, César García.
Asimismo, han estado presentes los arzobispos eméritos de Zaragoza Vicente Jiménez y Manuel Ureña, y el arzobispo emérito de Toledo, Braulio Rodríguez.
Miembro de la Comisión Episcopal de Liturgia
Joaquín Carmelo Borobia Isasa nació en Cortes (Navarra), archidiócesis de Pamplona y Tudela, el 16 de agosto de 1935.
Estudió Humanidades y Filosofía en los Seminarios de Alcorisa (Teruel) y Zaragoza (1946-1953) y terminó los estudios de Teología en el Seminario de Pamplona, licenciándose más tarde en Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca (1959).
Obtuvo la Diplomatura en Liturgia en el “Anselmianum”, de Roma (1968), era doctor en Teología (1970) por la Pontificia Universidad Santo Tomás, “Angelicum”, de Roma, y fue ordenado sacerdote en Zaragoza el 19 de julio de 1959.
Nombrado obispo titular de Elo y auxiliar del arzobispo de Zaragoza el 19 de abril de 1990, recibió la consagración episcopal en la basílica de Nuestra Señora del Pilar, el 9 de junio de 1990. Fue obispo de Tarazona entre 1996 y 2004 y, desde ese mismo año, fue obispo auxiliar de Toledo. El 3 de diciembre de 2010, Benedicto XVI aceptó su renuncia por motivos de edad.
En la Conferencia Episcopal fue miembro de la Comisión Episcopal de Liturgia desde 1993 hasta 2017, desde 1990 hasta 1999 ha pertenecido a la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social y, además, desde 1999 hasta 2014 fue miembro de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural.
