'Baby boom' de rayas venenosas en el Acuario de Zaragoza
El Acuario de la capital aragonesa alberga la exposición más importante de rayas de agua dulce de Europa.
A diferencia de lo que ocurre con su hermano del mar, es uno de los peces de agua dulce más desconocidos. Se sabe muy poco sobre su modo de vida, conservación, anatomía y mecanismos de defensa. Sin embargo, hasta el 24 de junio, el Acuario de Zaragoza cuenta en sus instalaciones con la exhibición más importante que hay en Europa protagonizada por esta especie.
Pero, ¿qué sabemos de las rayas de agua dulce? Pertenecen al grupo de peces denominados ‘condrictios’ debido a su esqueleto cartilaginoso. En la actualidad, se estima que existen en el planeta unas 1.000 especies de ‘condrictios’, entre los que destacan tiburones, pastinacas, peces sierra, mantas y rayas. Sin embargo, como explica Javier González, director técnico del Acuario, tan solo unas pocas decenas habitan las aguas dulces del planeta. “En estos momentos contamos con la mayor diversidad de toda Europa, con más de 35 ejemplares expuestos”, señala. Además, muchas de ellas llevan años viendo reducidas sus poblaciones debido a la destrucción de su hábitat y por la pesca abusiva, por lo que su conservación todavía se vuelve más relevante.
En concreto, son siete las especies o variedades de rayas que pueden verse en la muestra – Potamotrygon leopoldi; variedad ‘black diamond’; motoro, jabuti, boesemani y orbignyi, distribuidas en distintos acuarios del río Amazonas. De hecho, sus orígenes se encuentran en Sudamérica. En la muestra se puede ver un ejemplar de motoro de casi 75 centímetros de tamaño, o una 'black diamond' que destaca por su llamativa combinación de colores, entre otras.
“La principal diferencia con respecto a la especie marítima es el hábitat y la forma de desplazarse, pues estas son bentónicas, es decir, se trasladan siempre por el fondo, a ras de suelo”, explica Carlos Vicente, conservador del Acuario. De hecho, son animales nocturnos que pasan la mayor parte del tiempo enterrados bajo tierra, ocultos, y salen para cazar a sus presas, principalmente moluscos, caracoles, cangrejos de río o pequeños peces.
Otra peculiaridad es que son venenosas. En su hábitat natural conviven con pirañas o anguilas eléctricas. Algo que produjo que desarrollasen su propio método defensivo. “Cuentan con un aguijón de grandes dimensiones. Aunque su picadura no es mortal, sí que produce heridas muy aparatosas y dolorosas”, explica. Algo que las ha convertido en especies muy temidas pues es fácil pisar una por accidente. ¿Otra curiosidad? En Latinoamérica se las denomina ‘chuchos de río’.
Aunque en la muestra podemos ver ejemplares recién nacidos de apenas 15 centímetros de diámetro, esta especie dulceacuícola puede superar el metro y medio. "Otra de sus curiosidades es el método de reproducción pues son vivíparas. Esto quiere decir que no se reproducen a partir de huevos y que su método de fecundación es interno", explica. Algo de lo que son conocedores en el Acuario, pues desde 2012 reproducen ejemplares de 'motora' y 'leopoldi' -en este caso desde 2016-. “Gracias a esto sabemos que cada hembra puede llegar a parir hasta doce crías a la vez”, añade Vicente.
'Baby boom' en el Acuario de Zaragoza
A lo largo de la visita, en uno de los tanques que cuenta con rayas de agua dulce, se descubre un total de 23 ejemplares nacidos hace apenas dos meses. La instalación, que reproduce 'motora' y 'leopoldi', está considerada como uno de los centros de referencia a nivel mundial. De hecho, el 80% de los ejemplares adultos expuestos también han nacido en el Acuario de Zaragoza. "Además, en el caso de la 'otamotrygon motoro' -cuyo primer ejemplar llegó desde Bélgica-, coordinamos el 'Monitoring Program' a nivel europeo, es decir, que realizamos un control de la población de esta especie en toda Europa”, advierte Vicente.
Así, cada acuario y zoológico ubicado en territorio europeo ha de notificar nacimientos, defunciones, enfermedades y todo tipo de peculiaridades que afecten a esta especie. “Gracias a trabajos como este sabemos que pueden vivir más de 30 años en cautividad. Algo que en la naturaleza sería prácticamente imposible de saber”, añade.
Esta exposición ha podido salir adelante gracias a la colaboración de ZenStingray -experto en la cría de peces ornamentales- y al patrocinio de la Escuela de Veterinaria MasterD, colaborador habitual del Acuario en campañas de concienciación ambiental y conservación de la biodiversidad.
