sucesos

Acusan a un camarero de la agresión sexual sufrida por una niña de 11 años en Zaragoza

El procesado, que se enfrenta a 15 años de cárcel, dice que la menor miente, pero las psicólogas le dan plena credibilidad.

El acusado, cuando accedía este martes a la sala de vistas de la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, cuando accedía este martes a la sala de vistas de la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

La Audiencia Provincial de Zaragoza volvió a sentar este martes en el banquillo de los acusados a un joven por otra presunta agresión sexual. Y una vez más, quien declaró desde detrás del biombo en calidad de víctima y denunciante fue una menor. Fueron precisamente la corta edad de esta última, de solo once años, y el dolor que todavía le provoca revivir aquella traumática experiencia los que llevaron al presidente de la Sección Primera a celebrar la vista a puerta cerrada.

Los hechos que dieron lugar a esta causa se remontan al verano de 2018, cuando el presunto agresor, de 28 años e identificado como E. P. N., residía en un municipio de la provincia de Zaragoza. Por aquellas fechas, el joven, de origen colombiano, trabajaba como camarero y pernoctaba en un bungaló, al que supuestamente se llevó a la chica para aprovecharse de ella.

Según los investigadores, el acusado no tuvo que recurrir a la violencia física y le bastó con prevalerse de la notable diferencia de edad que existía entre ambos para conseguir su ilícito propósito. Pero tal fue el temor que el agresor infundió a la niña, que esta no se atrevió a contar lo que había ocurrido hasta casi un mes después. Y ¿por qué lo hizo entonces? Según explicó ella misma, porque le dijeron que el joven se había marchado del pueblo. Cuando encontró fuerzas y valor para revelar a sus padres que había sido víctima de una agresión sexual, estos no tardaron en acudir al cuartel de la guardia civil para tramitar la pertinente denuncia.

El procesado lo negó ayer todo ante el tribunal. Pero fue incluso más allá, al asegurar que la menor miente y que fue ella quien le envió fotos suyas desnuda. La chica no se atrevía ayer ni a mirar a través del ventanuco del biombo para intentar identificar a su atacante. Pero el presidente de la sala, Alfonso Ballestín, le recordó lo importante que era dicho reconocimiento y la denunciante terminó mirando a través del cristal traslúcido para señalar a E. P. N. como la persona que la agredió sexualmente. Las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) dieron después «plena credibilidad» al relato de la menor, por lo que la Fiscalía solicitó una condena de 14 años de prisión y la acusación particular, una pena de 15 años.

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