tribunales

La mala relación de la víctima con su casero siembra dudas en un caso de agresión sexual

Una juez absuelve a un acusado de agresión porque no puede asegurar su culpabilidad o inocencia y, en derecho, la duda siempre debe jugar en favor del reo.  

El juicio se celebró en la Ciudad de la Justicia
El juicio se celebró en la Ciudad de la Justicia
Aránzazu Navarro

Los jueces no se cansan de citar en sus sentencias que la declaración de la víctima en delitos contra la libertad sexual puede ser una prueba de cargo suficiente, pero debe estar corroborada por algún dato objetivo periférico. Entre estos requisitos, figura la persistencia y firmeza en el testimonio, su verosimilitud y que no existan relaciones entre la víctima y el acusado que pudieran revelar un móvil de resentimiento o enemistad.

En el caso de una mujer marroquí, inquilina de un inmigrante pakistaní, la juez ha optado por absolver a este del delito de agresión sexual del que era acusado ante la duda de que los hechos sucedieran tal y como los relata la denunciante o el encausado y concluir que entre ambos había mala relación. 

La mujer acudió a la Policía al día siguiente de que, como explicó, el hombre entrara en su habitación dando una patada en la puerta y le exigiera que se acostara con él, ya que no le pagaba el alquiler, y acto seguido le tocara los pechos y la zona genital.

El acusado, Azhar K., era el titular del contrato de arrendamiento del piso donde vivían otros tres pakistaníes. En el juicio negó los hechos y alegó que todo se debía a una venganza por exigirle el pago de los alquileres, como mantuvo su abogada, Celia Gil Lagunas, que hizo hincapié en esa animadversión hacia su cliente. Mientras, la mujer reiteró su denuncia y mantuvo su relato de manera inamovible durante toda la instrucción.

En la sentencia, la titular del Penal número 1 explica que llama la atención de que la mujer declarara que solo un mes después de entrar a vivir, el acusado ya mostró un interés sexual y hacía comentarios que le molestaban, pero no se lo contó a nadie y estuvo así varios meses. Cuestiona que, si bien se puso en contacto con la educadora social al día siguiente y esta le facilitó el número de la Policía, lo podía haber hecho el mismo día de los hechos. Tampoco tenía lesión alguna.

La juez expone que por más que ha revisado y analizado los comportamientos de ambos no puede saber cuál de las dos versiones corresponde a la realidad y que, ante la mínima duda, "no resulta posible asegurar, sin problemas de conciencia, la culpabilidad o inocencia del acusado, lo que obliga (...) a su libre absolución por jugar la duda siempre en favor del reo".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión