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Oleada de solidaridad con Ucrania en Zaragoza: “Toda ayuda es bienvenida, en especial medicamentos, pañales y comida"

La tienda de Yuri Isayev y Natalia Liudmyla en Delicias es uno de los puntos principales de recogida de material para enviar a Ucrania con los que cuenta la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón desde el pasado viernes.

Svitlana Berlus abraza a Natalia Liudmyla, en presencia de Yuri Isayev, en la tienda Kozak, donde se recoge material para Ucrania, en Zaragoza
Natalia Liudmyla abraza a una de las donantes de material, en presencia de Yuri Isayev, en su tienda Kozak de Delicias
Guillermo Mestre

Desde hace varios días, el movimiento de gente en la tienda Kozak - calle José García Sánchez, 7-en el zaragozano barrio de las Delicias, es incesante. Este pequeño establecimiento de alimentación internacional regentado por Yuri Isayev y Natalia Liudmyla, ambos ucranianos de Jerson, es uno de los puntos principales de recogida de material para enviar a su país natal con los que cuenta la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón desde el pasado viernes.

En el fondo de la tienda no cabe un alfiler. Se apilan bolsas con galletas y bizcochos, comida no perecedera, medicamentos, pañales, toallitas… La llegada de bolsas donadas de forma altruista es constante. Incluso hay quienes, una vez entregada una primera parte de material y tras hablar con Yuri o con su hija, Olesia (25), regresan con más cosas.

Muchos son vecinos del barrio que entran a preguntar cómo pueden ayudar, como Carlos y Elena. “Buscamos por internet cómo podíamos aportar algo y vi que había varias tiendas en Zaragoza así que hemos venido a informarnos”, explica él. Médico de profesión, ha preparado una lista de material sanitario con el que puede echar una mano. “Nos han dicho que podemos traer comida que no precise de cocinada, para abrir y comer; medicamentos, gasas. Vamos a ver qué podemos hacer”, explica.

También Eva, que ha llevado cosas para los niños ucranianos. “Me preocupa mucho la situación que están viviendo. Tenemos que colaborar todo lo que podamos”, asegura. Merche y Emilia han recibido un correo electrónico de una joven ucraniana que trabaja en su empresa. “¿Qué hace más falta?”, preguntan, interesadas. “Necesitamos comida, mantas térmicas, medicamentos y pañales. Cualquier ayuda es bienvenida”, le responden desde el otro lado del mostrador.

También son muchos los ciudadanos ucranianos que se acercan hasta el local. Desde el pasado día 24 viven con un profundo dolor lo que ocurre en su país, un dolor que se adivina en sus rostros. Cuando llega Svitlana Berlus y abraza a la dueña del local, ambas rompen a llorar. Svitlana le cuenta que han matado a varios miembros de su familia. “Mi prima, su marido, y su bebé de 6 meses. Los han matado”, explica, desconsolada. Nacida en Kiev, llegó a Zaragoza hace 20 años. Hoy vive con horror lo que está pasando en su ciudad natal: “Están matando a civiles. No hay derecho”.

“Estamos recogiendo ayuda humanitaria para los civiles, pero también para los militares que están protegiendo nuestro país”, afirma Yuri. Desde el pasado viernes, 25 de febrero, son cientos los voluntarios ucranianos que se han puesto manos a la obra para “hacer todo lo que podamos hacer”. “Nos han mandado listas con productos de primera necesidad. Ya hemos enviado dos furgones cargados de material que hoy mismo deberían llegar a la frontera con Polonia”, relata.

Muchas empresas de transporte y almacenaje se han puesto en contacto con ellos para dotarlos de infraestructura, naves con espacio suficiente para guardar el material y camiones para realizar este envío. 

La idea es no cesar en el envío de material. “No he parado de responder llamadas en todo el día, la respuesta de la gente está siendo impresionante”, asegura, emocionado. Al igual que cada uno de los ucranianos que entran a su local, Yuri, de 46 años, también tiene a su familia y amigos allá. “Estoy muy preocupado por nuestros padres, hermanos y sobrinos. Mi hermana se encuentra desde el día 24 en el metro de Kiev, con muchas más familias. Mi sobrino ha cumplido 16 años allí dentro”, resume, consternado.

José Ferrández, con material recogido en su tienda en Tak Tak (Shoes), en María Lostal
José Ferrández, con material recogido en su tienda en Tak Tak (Shoes), en María Lostal
HA

La respuesta de los aragoneses, espectacular

Se trata de uno de los locales de los que dispone la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón. En su página de Facebook han colgado una lista de materiales de primera necesidad. Además de Kozak, hay puntos de recogida en el 22 de la calle Reino; en la tienda Algo Más; y en la calle Roger de Flor, 1, donde está el local de la Asociación Xinglar. Otra de las tiendas colaboradoras es Tak Tak (Shoes), en María Lostal esquina con Camino de las Torres. José Ferrández y su mujer, Natalia Stepanova, de Konotop, en Ucrania, han recibido decenas de bolsas con material desde este lunes. “Nos pusimos en marcha tras participar en la manifestación del sábado. Salimos de allí convencidos de que teníamos que hacer algo. La gente está trayendo cosas sin parar. Está siendo espectacular”, admite el zaragozano.

José Ferrández y su mujer, Natalia Stepanova
José Ferrández y su mujer, Natalia Stepanova
HA

En su local, encontramos leche en polvo para los más pequeños, papilla y todo tipo de conservas: legumbres, guisantes, frutos secos, chocolate, café. “Todo lo que esté listo para comer”, señala. Todo este material irá directo a una nave ubicada en plaza, cedida por el Gobierno de Aragón, desde donde se centralizarán los envíos. También han recaudado más de 2.000 euros, con los que han comprado material sanitario que ha ido directamente a la embajada de Ucrania en Madrid. 

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