sucesos
Elevan las penas a los okupas que crearon graves disturbios desde un tejado en la calle Pignatelli
El TSJA condena finalmente a 18 años y medio de cárcel a los tres implicados por atentado, desórdenes públicos, amenazas y lesiones.
Los graves disturbios que causaron tres jóvenes el 29 de noviembre de 2020 en la calle de Pignatelli no les han salido gratis. Si la Audiencia Provincial de Zaragoza los condenó a penas que sumaban 16 años y medio de cárcel por delitos de atentado, desórdenes públicos, daños, amenazas y lesiones leves, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha añadido dos años más.
El aumento de la condena obedece a que, como planteó la Fiscalía, se cometió un error a la hora de determinar las penas por el delito de atentado a agentes de la autoridad en relación a dos de los acusados. En concreto, a Mohamed Marrok y a Khald Nedjadi, los cuales fueron condenados a seis y seis años y medio de cárcel, respectivamente, y ahora han sido fijadas en siete y siete años y medio.
En cuanto al tercer acusado, Ilyas Marouf, la pena se mantiene en los cuatro años de prisión que la Audiencia le impuso por intentar clavar tres veces un destornillador en el pecho a un policía nacional, lo que no consiguió porque el agente se protegió con un escudo en el que quedaron visibles las mellas de los golpes.
El altercado comenzó alrededor de las 9.00 y el detonante fue un intento previo de agresión por parte de Marrok y Nedjadi a una mujer a la que conocían y con la que, por motivos que no quedaron claros en el juicio, discutieron. En un momento dado, el cuñado de la mujer se presentó en el lugar y salió en su defensa, a lo que los acusados respondieron sacando el primero un cuchillo y el segundo, un cúter, armas con las que hirieron en el brazo al hombre, aunque de carácter leve.
Ante la llegada de la Policía, a la que avisaron los vecinos por la pelea, Marrok y Nedjadi se refugiaron en un piso del número 67 de Pignatelli, ocupado ilegalmente en su mayor parte. Los jóvenes se asomaron al balcón, desde el que comenzaron a escupir a los agentes y a lanzarles objetos tales como un gato metálico, una navaja, un palo o trozos de tejas.
Ante el cariz que estaba tomando la situación y el riesgo para la integridad de las personas, la Policía optó por acordonar la zona e intentar entrar en la vivienda donde se habían metido. Al llegar al piso, la puerta estaba cerrada y del interior salía un fuerte olor a gas. Los acusados habían subido entonces al tejado de ese edificio y del contiguo desde los que siguieron tirando tejas (llegaron a lanzar 36) mientras la calle estaba cortada y los policías, a cubierto para protegerse de la lluvia de piedras.
Sobre las 10.00, la Policía logró acceder a la vivienda que olía a gas. La casa estaba vacía pero un fuego de la vitrocerámica y el horno estaban encendidos a la máxima potencia y, a un metro, había una bombona de butano.
A la misma hora los acusados bajaron del tejado y se metieron en otro piso. Cuando los agentes entraron, Khald Nedjadi se abalanzó sobre uno de ellos con un cuchillo. El policía se defendió con el escudo táctico que llevaba y logró desarmarlo y reducirlo. El único que no opuso resistencia fue Marrok, quien les esperaba tumbado en una cama.
Para el tribunal, los tres acusados son autores de sendos delitos de atentado e imponen tres años y medio de cárcel a Marrok, cuatro a Nedjadi y cuatro a Marouf. A esto se suman penas por desórdenes públicos (dos años), daños (un año), amenazas (seis meses) y lesiones leves (multas). Además, Marrok y Nedjadi serán expulsados de España cuando hayan cumplido dos años de la condena.
