Zaragoza prepara la colocación de otras cuatro nuevas cámaras en el Casco

Pide permiso para instalar en las próximas semanas los dispositivos, que se suman a los cuatro ya operativos.

Una de las cámaras de videovigilancia que se colocaron el año pasado en el Casco Histórico
Una de las cámaras de videovigilancia que se colocaron el año pasado en el Casco Histórico
F. Jiménez

El Ayuntamiento de Zaragoza acaba de solicitar autorización a la Delegación del Gobierno para colocar cuatro nuevas cámaras de videovigilancia en el Casco Histórico de la capital aragonesa, que se sumarán a las otras cuatro que se instalaron en diciembre del año pasado. En concreto, tres de ellas se situarán en la calle de Cerezo, en la confluencia con Boggiero, San Pablo y San Blas. La última quedará ubicada en Aguadores, a la altura de la calle de Las Armas.

La puesta en servicio de estos dispositivos de seguridad ha sido pactada con los vecinos en el seno de la junta de distrito y, a la espera de la autorización de la Delegación del Gobierno, el Ayuntamiento confía en que se puedan colocar este mismo mes o a principios de enero como muy tarde.

Según consta en la solicitud de permiso, la colocación de estas cámaras está vinculada a los programas de regeneración del barrio, así como la mejora de la convivencia vecinal y la seguridad ciudadana. Las cuatro ubicaciones ya han sido acordadas con los propietarios de las fachadas, que no han puesto inconvenientes. En agosto ya se hicieron los trabajos de las acometidas eléctricas necesarias.

"Instalamos las primeras cuatro cámaras de seguridad consensuándolo con los vecinos y ahora vamos a hacer lo mismo con otras cuatro más", afirmó el concejal de Personal y presidente de la junta de distrito del Casco Histórico, Alfonso Mendoza. El responsable municipal subrayó que el Ayuntamiento está incrementando la inversión en calles del barrio y en rehabilitación, limpiando edificios y solares insalubres e incrementando la presencia policial y la seguridad.

Máxima seguridad

Según la solicitud a la Delegación, las cámaras serán fijas y se ajustarán al máximo al espacio sobre el que se pide autorización. No está permitido grabar viviendas o instalaciones privadas. Los aparatos deben apuntar en todo momento a la vía pública y no recogerán sonido. Las grabaciones se conservarán en el cuartel de la Paz de la Policía Local de Zaragoza. La red de fibra óptica que precisan estos dispositivos se ha creado ex profeso para ellos, dado que se requiere un alto nivel de seguridad.

Las grabaciones se producirán las 24 horas durante todos los días del año. Estarán disponibles durante 30 días naturales, el tiempo que establece la norma en materia de protección de datos. Por otro lado, la visualización de las imágenes no se puede producir en tiempo real, sino solo en el caso de que se hubieran denunciado acciones incívicas o delictivas.

"En solo dos años, hemos mirado de frente a los problemas del distrito poniendo en marcha soluciones que los vecinos llevaban años esperando", declaró Mendoza. Las cámaras se colocarán a una altura de entre cuatro y cinco metros y estarán dotadas con sistemas que eviten que sean vandalizadas. En total, estas cámaras costarán 8.000 euros. Las otras cuatro cámaras estaban ubicadas en la esquina de las calles Ramón y Cajal y Pignatelli. Las otros tres vigilarán el entorno de las calles Zamoray, Agustina de Aragón, Miguel de Ara y Cerezo.

La videovigilancia es una de las reivindicaciones del barrio, donde se han producido diversos actos violentos e incívicos en los últimos años, con un incremento de la inseguridad ciudadana. Además de las cámaras, la puesta en marcha del plan Pignatelli-Zamoray es uno de los proyectos con los que se quiere mejorar desde el punto de vista urbanístico y social este sector de la capital.

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