ZARAGOZA

¿Y si la N-II cambia los camiones por las bicicletas?

El previsible desplome del tráfico por la gratuidad de la AP-2 "dulcificará" la ruta, como ocurrió con la N-330 tras la apertura de la Autovía Mudéjar.

La N-II, en una imagen de archivo, repleta de tráfico.
La N-II, en una imagen de archivo, repleta de tráfico.
HERALDO

Menos camiones y coches. Más espacio y sosiego. La perspectiva que asoma para la N-II entre Alfajarín y Fraga tras la liberalización de la AP-2, autopista que transcurre paralela y que desde las 20.00 del pasado martes ya es gratuita, es halagüeña para quienes disfrutan con calzadas más despejadas, menos frenéticas. Un grupo en el que destaca el colectivo de ciclistas de carretera.

No sobran rutas de entrenamiento en la provincia de Zaragoza, por lo que una nueva sería recibida de buen grado. Y ahí asoma el futuro inmediato de la carretera nacional, cuyo tráfico, hasta ahora prohibitivo para cualquier marcha ciclista, se trasvasará en buena medida en favor de la vía rápida. O al menos es lo que se espera. "Es lo que venimos comentando entre los ciclistas estos últimos días", revela Ángel Giner, secretario del club ciclista El Pedal Aragonés.

Hasta cierto punto, no es la primera vez que se experimenta una transformación de estas características en una carretera en los alrededores de la capital aragonesa. "La experiencia nos ha demostrado que es más que factible que ganemos una ruta de entrenamiento, como ya ocurrió con la carretera vieja de Huesca y la de Valencia (ambos tramos integran la N-330), que aunque ya eran muy habituales entre el pelotón quedaron mucho más despejadas y accesibles".

Giner estima que el flujo de vehículos por la carretera puede disminuir de forma "más que suficiente" como para que "quede bastante despejada y se pueda usar habitualmente". Entre las rutas que pueden integrarse en los planes de los ciclistas zaragozanos se encuentran "rutas circulares que pasen por Villafranca de Ebro, Osera, Monegrillo...".

También Luis Marquina, presidente de la Federación Aragonesa de Ciclismo (FAC) acoge la liberalización con expectativas halagüeñas. Aunque es algo más conservador con la lectura: "Normalmente las vías quedan dulcificadas y sí, ocurrió con la carretera de Valencia, cuyo uso, aunque ya era anterior a la Autovía Mudéjar, se potenció. Pero de nada sirve si el mantenimiento no es el adecuado".

En este sentido, el máximo exponente de los ciclistas deportivos aragoneses anima a las instituciones a "cuidar las vías, en especial los arcenes, por los que circulan las bicis y en los que se refleja el uso intensivo de una vía". "Si se tiene visión y se somete la carretera a un buen mantenimiento, el resultado inesperado de la gratuidad de la autopista puede ser un aumento en la práctica deportiva".

Varios ciclistas atraviesan la N-330, vía con escaso tráfico en la actualidad, a su paso por María de Huerva.
Varios ciclistas atraviesan la N-330, vía con escaso tráfico en la actualidad, a su paso por María de Huerva.
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Arcén mejor que carril bici

Marquina recuerda que el ciclismo en ruta, en su vertiente deportiva, antepone siempre las carreteras a los carriles bici. "De los tres tipos de usuarios que hay, familiares, intermedios y el colectivo que integramos los federados, con un carril bici los que perdemos somos nosotros, porque no se pueden alcanzar las velocidades que acostumbramos en los entrenamientos". Por eso se inclina por ese mantenimiento de una carretera nacional frente a los carriles 'de paseo', mientras que la implantación de vías segregadas "resulta excesivamente cara".

Un proyecto de estas características, al que se ha opuesto la FAC, así como varios clubes, es la creación de un carril bici en la N-330 entre Sabiñánigo y Jaca. "Es una obra de casi tres millones de euros y favorece otros usos frente al del ciclismo en ruta. No es lo pertinente ni por sus características ni mucho menos por coste".

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