movilidad 

Leves retrasos y opiniones dispares en el primer día de paros del bus en Zaragoza

Los usuarios se han visto obligados a esperar unos cinco minutos más de lo habitual en las paradas. Desde el comité aseguran que el seguimiento entre los conductores ha sido del 91%

"Sí que se nota, pero no es nada insoportable". Esta era, de forma mayoritaria, la percepción que tenían la mañana de este jueves los usuarios del bus urbano de Zaragoza, en la que está siendo la primera jornada de paros parciales de esta nueva huelga que está protagonizando la plantilla de la concesionaria Avanza. La protesta de los conductores, que según han informado desde el comité de empresa ha sido secundada en un 91%, ha provocado retrasos en la llegada de los vehículos de unos cinco minutos sobre el tiempo de paso habitual, aunque en algunos casos puntuales las marquesinas marcaban esperas mucho más largas. Con las movilizaciones, que son ya las cuartas en lo que va de año, los trabajadores persiguen la firma de un convenio colectivo que cumpla con sus reivindicaciones laborales y salariales, pero de momento las posiciones de ambas partes siguen todavía muy alejadas. 

Los paros se han producido entre las 8.00 y las 10.00 y se repetirán por la tarde desde las 19.00 a las 21.00. Mientras no se alcance ningún acuerdo, la situación se repetirá todos los jueves y sábados del mes de septiembre. La tónica habitual en las ocasiones anteriores, con servicios mínimos elevados para garantizar que no se forman aglomeraciones por la crisis sanitaria y, por lo tanto, pocas afecciones, se ha repetido de nuevo esta mañana. La protesta ha causado retrasos de varios minutos en la mayoría de los buses que, en general, los viajeros han soportado con resignación y sin muchas quejas. No obstante, las sensaciones variaban entre quienes consideraban que el cambio era casi imperceptible y los que aseguraban ver "fatal" esos cinco minutos de tiempo extra, sobre todo si se dirigían a sus puestos de trabajo. 

Como suele ocurrir, los retrasos han comenzado a notarse en el centro de la ciudad aproximadamente media hora después del comienzo de los paros y se han prolongado durante un tiempo similar. "Yo a las 8.00, cuando he venido, no he notado nada. Ahora sí, hay que esperar un poco más de lo normal", resumía Maribel Medina, que sobre las 9.30 esperaba la llegada de la línea 23 sentada en la parada de la glorieta de Sasera. Según ha contado, si normalmente la marquesina marca unos tres o cuatro minutos, esta vez ha visto tiempos de entre 8 y 10. A su lado, María Pilar Catalán, que aguardaba al 34, mostraba decidida su indignación. "La huelga me parece fatal. Al final siempre pagamos los mismos", lamentaba. 

Precisamente, de ese mismo vehículo descendía poco después José Manuel García, que aseguraba no percibir apenas cambios. "Algo había oído de la huelga, pero no se nota mucho. Otros años era imposible coger un autobús", resumía. De la misma opinión era Ana Pérez, que asumía los inconvenientes de esos cinco minutos de espera. "Si vas con prisa te puede hacer llegar tarde, pero es lo que hay. A mí no me molesta", añadía. 

Un rato más tarde, ya sobre las 10.00, todavía eran notables los retrasos en casi todas las líneas. Aunque en la mayoría el tiempo máximo entre un autobús y otro ha sido de diez u once minutos, también ha habido casos más extremos. En la parada de la plaza de Aragón, la línea 22 en dirección al barrio de Las Fuentes era un buen ejemplo. Más de 18 minutos de espera. Celia Val, que debía subirse a ese vehículo o al de la línea 30 porque se dirigía a esa zona de la ciudad, se mostraba sorprendida. "Me ha extrañado ver el tiempo. Es totalmente excesivo, una pasada. Tanto como hoy no lo había visto ningún día", consideraba. No obstante, respetaba la decisión de los trabajadores de hacer huelga. "Si luchan por sus derechos, será lógico. Nosotros a aguantar y ya está", apuntaba.

Por su parte, Patricia Lejarza, que aguardaba la llegada también de los mismos buses, tenía una opinión similar. "Ojalá les vaya bien. Los conductores son muy importantes porque muchos no tenemos dinero para pagar un taxi", explicaba, pese a que estaba "un poco desesperada" porque llegaba con algo de retraso a su puesto de trabajo. "Con estas líneas siempre suelo esperar unos diez minutos, pero hoy marcaba bastante más", sentenciaba. 

Desde el comité, han hecho una valoración de las movilizaciones "muy positiva". Han criticado a la empresa por mantener, según han dicho, "una actitud inmovilista" y "alargar un conflicto que ya tenía que estar solucionado", al tiempo que intervención del Ayuntamiento para ponerle fin. Además de los paros, a partir del día siete celebrarán una manifestación semanal junto a los trabajadores del tranvía, inmersos en su propio conflicto laboral por el mismo motivo y que a partir del próximo miércoles se sumarán también a los paros parciales. De hecho, en el caso de los convoyes serán más agresivos. Están convocados de lunes a viernes y en hora punta: de 6.45 a 9.15 y de 13.00 a 15.30, salvo el día 15, que serán de 7.15 a 10.15 y de 13.00 a 15.30.

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