delegación de gobierno
Aragón todavía tiene "margen de maniobra" para acoger a más refugiados afganos, pero es difícil que lleguen
El subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Fernando Beltrán, hace un balance "muy positivo" del trabajo de las entidades que se han encargado de la acogida
Si fuera necesario, Aragón todavía podría acoger a más refugiados llegados de Afganistán. Así lo ha asegurado este jueves el subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Fernando Beltrán, que no obstante ha explicado que es difícil que más personas logren llegar a España porque el aeropuerto y las fronteras ya han sido totalmente tomadas por los talibanes. Según ha indicado tras una reunión con las entidades sociales que se están encargando del proceso, la Comunidad "aún tendría un cierto margen de maniobra", pero "ahora mismo las situaciones de salida del país son extremadamente complicadas". Durante el encuentro, en el que han participado representantes de Cruz Roja Española, Fundación Apip Acam, Cepaim y Accem se ha analizado el acompañamiento que estas asociaciones están prestando, de forma "coordinada" con la institución, a los 179 ciudadanos desplazados a la región. "La valoración es positiva. Gracias a su dilatada experiencia se están atendiendo cuestiones de primera necesidad, como la comida, la vestimenta y la atención sanitaria", ha afirmado Beltrán.
En concreto, como ha recordado, actualmente hay un total de 87 refugiados afganos residiendo en Zaragoza, 78 en Huesca y 14 en Teruel. Y todos ellos están avanzando en estos momentos en su integración social y cultural. En concreto, se está trabajando para garantizar la escolarización de los menores, adaptar las tarjetas sanitarias o equiparar los títulos laborales. "Hoy hemos abordado los medios que tiene el Estado para poder presar estos apoyos, sin embargo más adelante vendrá la interacción con el resto de las administraciones", ha contado el subdelegado.
Ahora, se abre para estos ciudadanos el sistema de acogida del Gobierno central, que consta de dos partes diferenciadas. La primera, que tiene una duración mínima de seis meses, prevé su residencia en plazas públicas. Posteriormente, cuando llegue el momento, se les preparará para su autonomía y se les proporcionará ayudas para cubrir sus necesidades básicas. A lo largo de todo el proceso, se trabaja con itinerarios de integración individualizados, que se evalúan y adaptan a la persona refugiada y que se traducen en una serie de prestaciones del Ministerio de Inclusión. Entre otros servicios, se les facilita alojamiento y manutención, información y orientación social, ayudas económicas, asistencia jurídica y psicológica, formación para el empleo y traducción e interpretación.
En el tiempo que llevan en Aragón, las familias llegadas de Afganistán han mostrado a los trabajadores de las distintas entidades situaciones contrapuestas, según ha indicado Beltrán. "Había una mezcla entre la ilusión por haber salido del país y poder comenzar una vida nueva y la tristeza por la gente que se queda atrás, los problemas de sus amigos, familia y del resto de la sociedad -ha explicado-. Era una sensación agridulce de felicidad y pena".
