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Una joven con 5 hijos, a prisión por el hurto de una botella de aceite en Zaragoza

El abogado de la mujer ha pedido el indulto a la ministra de Justicia, pero la juez se niega a aplazar su entrada en Zuera hasta que se resuelva. La Audiencia tiene la última palabra

Imagen de archivo de una estantería con botellas de aceite en un supermercado,
Imagen de archivo de una estantería con botellas de aceite en un supermercado,
Maite Santonja

La legalidad parece estar reñida a veces con la razón. Y por más que la decisión de una juez de Zaragoza de enviar a prisión a una joven con cinco hijos por el hurto de una botella de aceite se ajuste a derecho, no se antoja a priori la más lógica. Sobre todo, cuando se ha tramitado una petición de indulto ante la ministro de Justicia y la ejecución de la sentencia podría aplazarse hasta su resolución. Pero ni la Fiscalía ni la titular del Juzgado de lo Penal número 4 creen que haya motivos suficientes para conceder a la madre una segunda oportunidad.

Los hechos que están a punto de llevar a prisión a Concepción F., de 30 años, se produjeron a comienzos de 2019 en Zaragoza. La mujer fue sorprendida llevándose una botella de aceite de un supermercado, lo que se tradujo en una condena de un año de cárcel. Cierto es que, entonces, la juez aceptó dejar sin efecto la sentencia con la condición de que la acusada no volviera a delinquir en un plazo de dos años. Pero la necesidad, dice la encausada, le llevó a robar alimentos de otro establecimiento durante el periodo de gracia.

Como recuerda el abogado Alfonso Bayo en el escrito que ha dirigido a la titular de Justicia, Pilar Llop, la joven abonó finalmente los productos que se llevó de la tienda y la multa que le impuso otro juzgado por el hurto. Sin embargo, el engranaje legal se puso en marcha y la jueza que había perdonado inicialmente a Concepción se vio en la obligación de revocarle la suspensión. Para la defensa, se trata de una decisión «inatacable» desde el punto de vista estrictamente jurídico. Pero, más allá de su legalidad, el letrado entiende que en un caso así debería prevalecer la «humanidad».

La condenada tuvo su primer hijo a los 16 años, pero después vendrían otros cuatro. Todos ellos conviven con la madre, a la que se concedió    recientemente el ingreso mínimo vital, bajo la supervisión de los asistentes sociales. Y la defensa teme que el ingreso de esta mujer en Zuera se traduzca en un cambio de vida «irremediable» para los niños.

Por ello, todas las esperanzas de la joven están puestas ahora en la Audiencia de Zaragoza. Al negarse la juez a aplazar su entrada en la cárcel hasta que se resuelva el indulto, su letrado recurrió el auto en casación. De ahí que competa a los magistrados de este tribunal resolver el futuro de esta zaragozana e, indirectamente, el de sus hijos.

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