Borja quiere decir adiós al singular ‘stop’ de la N-122

La carretera a su paso por la localidad cuenta con esta señal que es un caso casi único en España y un auténtico quebradero de cabeza para los camiones. La futura variante es la solución.

Dos camiones lo tienen muy complicado cuando se cruzan a la altura de la 'curva del hospital'
Dos camiones lo tienen muy complicado cuando se cruzan a la altura de la 'curva del hospital'
Guillermo Mestre

La N-122 a su paso por el casco urbano de Borja alberga una de las pocas señales de ‘stop’, si no la última, que existe en una carretera nacional de España. Un dudoso honor que llegará a su fin cuando sea una realidad la variante de esta localidad y Maleján, que se ha desbloqueado después de dos décadas de espera tras recibir el pasado mes de marzo el visto bueno ambiental. 

Se trata de un tramo que soporta una media de 6.300 vehículos diarios, de los que el 23% son pesados, según los datos correspondientes a 2019 facilitados por la Delegación de Gobierno en Aragón. La vía es muy transitada para comunicar la capital aragonesa con Soria y Tarazona y conectar con el norte del país por el eje de Logroño.

Popularmente a este punto se le conoce como la ‘curva del hospital’, ya que justo en este lugar se encuentra el Hospital Santi Spiritus, que se integra en una residencia de ancianos que lleva su nombre. Para los conductores de camiones, especialmente los de transportes especiales, es un auténtico quebradero de cabeza.

La carretera a su paso por la localidad zaragozana cuenta con esta señal que es un caso casi único en España y un auténtico quebradero de cabeza para los camiones de mayor tamaño.

Si es o no con certeza el último ‘stop’ en una carretera nacional de nuestro país es una cuestión difícil de dilucidar. Desde el Delegación de Gobierno apuntan que se trata de un caso "singular, pero no único". De hecho, existe uno en la travesía de Alcañiz, pero en este caso la variante está en funcionamiento.

Por su parte, el alcalde borjano, Eduardo Arilla, mantiene que es la última señal de estas características que hoy por hoy queda en una vía nacional. "También quedaba un ‘stop’ similar en la N-II de Gerona a Francia por La Junquera, pero ya ha desaparecido con la autovía", asegura.

De momento, en este auténtico cuello de botella los vehículos que circulan por la N-122 en dirección a Tarazona y Soria tienen que seguir frenando para dejar paso al tráfico que sale del casco urbano de Borja. También se convierte en un enclave complicado para los camioneros que se las ven y se las desean para tomarla en dirección a Zaragoza si hay otro vehículo en el sentido contrario de la marcha, lo que les impiden abrirse al girar.

Este tráiler, cargado con una viga de 39 metros, que quedó atrapado en la 'curva del hospital' en noviembre de 2009.
Este tráiler, cargado con una viga de 39 metros, quedó atrapado en la 'curva del hospital' en noviembre de 2009.
Javier Lerín/Heraldo

"El problema es físico porque el lugar es un embudo peligroso, sobre todo para los camiones de gran tonelaje o transportes especiales", subraya el regidor. El lugar se convierte en ocasiones en una trampa para los vehículos de cierta longitud si no se suele transitar por la zona o no se calculan bien las distancias.

En los últimos años se han producido varios incidentes. En noviembre de 2009 un camión que transportaba una viga metálica de 39 metros se quedó atrapado y tuvo que invertir 18 minutos para salvar este escollo. La situación se repitió en febrero de 2011. Un tráiler de unos 30 metros de longitud se quedó atascado, situación que se prolongó dos horas y obligó a desviar la circulación en sentido Zaragoza hacia Ainzón y la de Soria quedó ininterrumpida.

Tras dos décadas de espera, los alcaldes esperan que ahora, tras superar el informe ambiental se haga realidad ese proyecto de variantes cuya redacción se adjudicó en 2008.  A principios del pasado junio el alcalde borjano mantuvo una reunión en Madrid con el director general de Carreteras del Ministerio de Transportes, Javier Herrero. El avance económico prevé una inversión de 48 millones de euros, superior a los 33 iniciales, según se dio a conocer en ese encuentro. Con la llegada de la ministra Raquel Sánchez se espera la continuidad de la actuación. Los munícipes reclaman celeridad y que en los presupuestos de 2022 se incluya una partida para licitar e iniciar las obras.

Ya hay planes para esta zona cuando la travesía esté en marcha. El alcalde explica que la idea es acondicionar un andador que una las poblaciones de Maleján, Borja y Albeta, lo que supondría un paseo de unos tres kilómetros. La actual acera que existe a su paso por el casco urbano borjano se podría aprovechar ampliándola. "La vinculación entre los tres municipios es muy estrecha y sería una forma de visibilizar esa unión y crear un itinerario cómodo para andar", concluye.

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