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La residencia de miniapartamentos para jóvenes en Zaragoza abrirá a finales de 2023

La propuesta de adjudicación de la DGA plantea un edificio verde con espacios comunes para sus 336 inquilinos y el vecindario. Prevé una terraza ‘chill out’, gimnasio, cafetería y un área para ‘coworking’.

La residencia que impulsa la DGA junto al puente de Santiago para facilitar la emancipación a los jóvenes abrirá sus puertas a finales de 2023 y tendrá finalmente 336 miniapartamentos, 86 más de los fijados en el pliego de la concesión para su construcción y explotación por 75 años. Este es el compromiso adquirido por tres empresarios aragoneses ligados al Casademont y la fundación Rey Ardid en su propuesta, la mejor puntuada de las dos que finalmente se han presentado a la licitación de la Consejería de Vertebración del Territorio para la manzana situada frente a la sede de la radio y televisión autonómica.

El presidente del equipo de baloncesto, Reynaldo Benito, y dos de los accionistas, Jesús Emilio Garcés (Tecnyconta) y José Alberto Sainz (grupo Anagán), se han asociado con la entidad social para sacar adelante el proyecto, que propone un edificio verde que se autoabastece de energía para que jóvenes menores de 30 años puedan vivir, estudiar y trabajar. Para ello, contará con una minicentral de geotermia, equipos de aerotermia y placas fotovoltaicas para climatizar las estancias, garantizar el agua caliente y parte del consumo eléctrico.

El anteproyecto del despacho aragonés FAV Arquitectura dibuja un bloque de manzana abierto en forma de ‘C’ con una plaza interior dotada de piscina y orientado hacia el Pilar, lo que permitirá a la mayor parte de los residentes tener muy buenas vistas. Tendrá entre dos y seis alturas y en la cubierta orientada al Ebro habrá una gran terraza ‘chill out’ abierta al público que explotará la gestora de la cafetería-restaurante de la planta calle. Dos ascensores directos comunicarán el vestíbulo con la azotea, según explican los arquitectos Vicente Pérez, Adrián Lanaspa y Francisco Viñarás.

El proyecto se redactará antes de fin de año, las obras comenzarán en 2022 y se alargarán 15 meses al plantearse su construcción de forma prefabricada, por lo que a mediados de 2023 se empezará a equipar con el fin de abrirla en el último trimestre.

La renta mensual se limitará a 335 euros, cinco menos de los fijados en las bases, por miniapartamentos de 16,5 metros cuadrados dotados de baño completo y una estancia con cama, armario, mesa y una cocina. Esta última es otra de las mejoras valoradas, dado que incluye vitrocerámica, nevera integrada, microondas y una poza para lavar la vajilla. Los residentes dispondrán de nuevos espacios de lavandería.

Los arquitectos destacan el estudiado diseño, ya que la residencia estará abierta al sureste y contará con distintas alturas para aprovechar la mejor luz y vistas. Para evitar la insolación directa en verano, las ventanas de PVC estarán retranqueadas medio metro y parte de la piel del edificio de hormigón contará con una celosía metálica perforada.

En el sótano se habilitarán 78 plazas de aparcamientos, a las que se sumarán 22 en la planta calle, que saldrán al mercado por 60 euros al mes de alquiler. Quince de ellas serán para vehículos eléctricos.

Los arquitectos subrayan que la propuesta pretende igualmente fomentar la integración en todos los sentidos. No solo será "100% accesible", sino que los miniapartamentos adaptados para ciegos o sordos se distribuirán por los distintos sectores de la residencia y parte de los servicios comunes se abrirán al vecindario. Así, se ha planteado, además de la cafetería, una tienda de alimentación, un gimnasio y un área de ‘coworking’ abiertos al público.

Otro de los puntos fuertes es la apuesta por los espacios comunes, que casi se han triplicado al pasar de 1.000 a 2.630 metros cuadrados y cuya gestión quedará a cargo de la fundación Rey Ardid. Su directora general, Maite Albajez, destacó que la plantilla fija estará formada por diez trabajadores y se optará por fichar a personas con discapacidad y en riesgo de exclusión. "Como es una concesión por 75 años, los servicios podrán variar en función del uso y de la demanda de los residentes", indica.

De entrada, habrá talleres de formación laboral, gastronomía y alimentación saludable y los jóvenes contarán para uso exclusivo con salas de juegos con billar y futbolín, televisión, otra para jugar con ordenadores, servicio de reprografía, comedor y áreas polivalentes y de reuniones.

El consejero de Vertebración, José Luis Soro, subraya que esta residencia dará respuesta a la necesidad de acceso a vivienda a los jóvenes con propiedades, en este caso un solar, «absolutamente ociosos en los que poder impulsar propuestas habitacionales».

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