Las excavaciones vuelven este verano al Convento de Mallén veinte años después

El Ayuntamiento y la UNED de Tudela recuperan los trabajos arqueológicos en el yacimiento.

El alcalde de Mallén, Rubén Marco, en la zona donde se encuentra el yacimiento
El alcalde de Mallén, Rubén Marco, en la zona donde se encuentra el yacimiento
Noeli Barceló

Después de una espera de más dos décadas, las excavaciones vuelven este verano al yacimiento arqueológico de El Convento en Mallén. El cerro está ubicado a un kilómetro del casco urbano junto al rio Huecha y al paso de la calzada romana . Allí se localiza el El Pagus Belsinonensis, citado en el conocido Bronce de Agón, Lex riui Hiberiensis, un paraje de excepcional valor histórico para el Valle del Ebro con una cronología que va desde el siglo VII antes de Cristo hasta el XIX cuando se destruyó el convento franciscano cuyos restos pueden observarse en la superficie.

La iniciativa ha surgido del Ayuntamiento que acaba de firmar un convenio de colaboración con la UNED de Tudela para dar forma al 'Proyecto Belsinon' de investigación arqueológica. Comenzará el 4 de julio próximo y durante tres semanas ofrecerá la oportunidad a diez estudiantes de Historia y Arqueología de conocer la metodología arqueológica en campo y laboratorio así como la consolidación de los restos muebles e inmuebles. El equipo integrado por los arqueólogos Marta Gómara , Oscar Bonilla, Ángel Santos y la restauradora Miriam Pérez se encargará de dirigir los trabajos que pretenden fundamentalmente conocer el trazado urbano de la ocupación altoimperial del yacimiento durante los siglos I-III después de Cristo.

El alcalde de Mallén, Rubén Marco explica que hace ya unos años que pretendían retomar las excavaciones iniciadas en los años 80. "Ahora se ha dado la coyuntura económica al disponer de los remanentes, habilitamos una partida y entramos en contacto con los arqueólogos, nos presentaron un proyecto a principios de año y hemos id trabajando con la UNED".

El albergue municipal acogerá a todo el equipo que dispondrá también de un local que servirá de laboratorio para estudiar los restos. "Pretendemos que el proyecto tenga continuidad en los próximos años y que sea un proyecto social que los vecinos participen. Queremos conservar y preservar nuestro pasado, divulgarlo y que el yacimiento pueda ser destino de visitas turísticas y educativas. Se van a hacer charlas, talleres, , Incluso más adelante será un recurso para los servicios educativos del pueblo, colegio e instituto", dice Marco.

Conflicto legal superado

El yacimiento está declarado Bien de Interés Cultural desde 1991. El acceso a la propiedad por parte del Gobierno aragonés pasó por una expropiación forzosa , recurrida por el propietario, en desacuerdo con la tasación, 1,3 millones de pesetas por las 6,5 hectáreas, que llegó hasta el Tribunal Supremo. Un acuerdo entre las partes puso fin al contencioso legal en el año 2000. Guarda vestigios de la Edad del Hierro . Allí se ubicó la Belsinon celtíbera y después la Balsio o Balsiones romana. En las excavaciones se localizó gran cantidad de cerámica rojiza de terra sigillata. Ahora, la intención es también estudiar todas las piezas obtenidas en los años 80 que todavía permanecen almacenadas en cajas.

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