sucesos

A prisión por una entrevista de trabajo para empleada de hogar que acabó en agresión sexual

El hombre, que ya había sido condenado dos veces por abusos, contactó con la víctima a través del portal de internet milanuncios.com

Audiencia Provincial de Zaragoza.
Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

No era ni la primera ni la segunda vez que se sentaba en un banquillo acusado de un delito de abusos sexuales. Pero si en las dos ocasiones anteriores las denuncias que presentaron sendas mujeres se castigaron con multas, Ángel María Ramón no ha podido evitar ahora que la titular del Juzgado de lo Penal 4 de Zaragoza lo condene a tres años de prisión por los hechos ocurridos el pasado verano en una vivienda de Las Delicias. En este caso, la víctima fue una joven con la que el encausado, natural de la localidad navarra de Murchante, contactó a través del portal de internet milanuncios.com para ofrecerle un trabajo como asistenta de hogar.

Como deja claro la sentencia, cuando el hombre llamó a la mujer para concertar una entrevista, su verdadera intención era aprovecharse sexualmente de ella. De hecho, lo primero que hizo el 24 de agosto cuando la asistenta entró en su domicilio de la calle Duquesa de Villahermosa fue cerrar con llave la puerta. Sin embargo, de este importante detalle no se dio cuenta la denunciante hasta minutos más tarde, cuando intentó huir del piso a toda prisa.

La entrevista comenzó con normalidad. El acusado hizo una serie de preguntas a la mujer y esta –que se ofrecía en internet para hacer trabajos de limpieza y cuidado de ancianos– le dijo que buscaba un empleo con cierta estabilidad. Como él supuestamente buscaba una asistenta del hogar, le invitó a ver la vivienda. Tras hacer un rápido recorrido por las distintas estancias, ambos regresaron al salón. Y fue entonces cuando el hombre hizo un comentario a la denunciante que la puso en alerta. El encausado le preguntó si había bailado alguna vez sin música, a lo que ella respondió que no. Acto seguido, él empezó a tocarle el pelo, para sujetarla después con fuerza y proceder a tocarle los pechos y órganos genitales.

La siguió llamando por teléfono

El agresor agarró a la mujer de las muñecas con intención de besarla, pero ella opuso resistencia y tras un forcejo consiguió quitárselo de encima. La víctima se dirigió corriendo hacia la puerta e intentó abrir, pero comprobó que estaba encerrada. Según la sentencia, ella le advirtió entonces al agresor que o le abría o empezaba a gritar y rompía los cristales. Finalmente, el investigado accedió a franquearle el paso. Y aunque la víctima –a la que representa la letrada Dolores Fernández Barroso– no acudió ese día a comisaría, al comprobar que el hombre seguía llamándola por teléfono acabó presentando una denuncia ante la Policía.

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