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La Fiscalía pide absolver a un joven acusado de abusar de una conocida después de una fiesta

La acusación particular pide 6 años de prisión y 50.000 euros. Entre las pruebas hay unos ‘tuits’ del procesado en los que dice haber "cometido uno de los mayores errores" de su vida.

Imagen de archivo de un furgón de la Policía Nacional accediendo a la Audiencia de Zaragoza.
Imagen de archivo de un furgón de la Policía Nacional accediendo a la Audiencia de Zaragoza.
José Miguel Marco

La Audiencia Provincial sentará el próximo 25 de enero en el banquillo al zaragozano Juan Pablo V. R., al que se acusa de agredir sexualmente a una conocida a la conclusión de una fiesta en casa de la supuesta víctima. La Fiscalía pide la absolución del procesado ya que «no se ha podido acreditar que no hubiese consentimiento» en la relación sexual que mantuvieron esa noche.

Los hechos se remontan a julio de 2017, cuando la chica, M., que entonces tenía 18 años, invitó a amigos y conocidos a su casa, donde pensaba celebrar una fiesta a cuya conclusión se quedarían a dormir varios invitados. Según refleja el ministerio público en su escrito de calificación, la joven decidió irse a la cama hacia las 3.00 ya que se sentía «cansada y medio dormida» después de haber bebido alcohol. Antes de dejar el salón le dijo a una amiga que echase a todo el mundo de casa, excepto al encausado, la propia amiga, el novio de esta última y otro joven más.

Tras quedarse solo en el salón, Juan Pablo –que tenía entonces 22 años– decidió ir a la habitación donde yacía M., con la que había tenido relaciones dos años atrás, donde puso a cargar el móvil y ojeó Twitter durante un rato. Al despertarse, la chica preguntó quién estaba con ella, ante lo que el procesado se identificó y se tumbó a su lado. Juan Pablo, que será defendido por la abogada Ana Pilar Galán, le dio un beso que derivó en relaciones sexuales completas, las cuales, subraya la Fiscalía, «no se han podido acreditar que no fueran de forma consentida», e incluso habría preguntado «en varias ocasiones a M. si paraba, contestando esta que no». Tras el coito se quedaron dormidos en la misma cama.

A la mañana siguiente desayunaron los cinco en el domicilio y lo recogieron antes de irse. La denuncia por agresión sexual se interpuso más de medio año después, el 6 de febrero de 2018. Dado el tiempo transcurrido ya no se pudo realizar una exploración a la víctima ni tampoco determinar el grado de afectación por el consumo de alcohol, que en cualquier caso fue elevado ya que en la reunión los amigos participaron en «juegos de beber».

La Fiscalía considera que estos hechos «no son constitutivos de delito alguno». Sin embargo, la acusación particular, ejercida por el letrado Nabil Gorgees, pide seis años de prisión por un delito de abuso sexual, así como una indemnización de 50.000 euros por daños morales y psíquicos.

En las conclusiones del escrito de acusación se hace hincapié en que la joven se retiró a dormir «ayudada y acompañada por su amiga» debido a «las condiciones de severa embriaguez» que presentaba. Afirma que la chica no había tenido en toda la noche «ningún tipo de acercamiento cariñoso hacia el acusado que hubiera dado pie a pensar que quisiera tener algún tipo de relación». La presunta víctima asevera no ser «capaz de recordar lo sucedido salvo flashes» del encuentro sexual y niega que le llegase a trasladar su consentimiento.

Además de unos mensajes de Whatsapp, la acusación presentó como prueba unos ‘tuits’ en los que Juan Pablo se arrepentiría de unos hechos: «He cometido posiblemente uno de los mayores errores de mi vida hasta la fecha y me arrepiento muchísimo, pero la he cagado y no puedo hacer nada para enmendarlo».

Tratamiento psicológico

En el juicio testificarán la amiga de M. encargada de despejar la casa, así como su novio, y se tendrá en cuenta la declaración de otra de las asistentes a la fiesta. Intervendrán también las psicólogas encargadas de la pericial. En este sentido, la defensa arguye que la «relativa demora en su denuncia puede ser explicada» por los «rasgos de personalidad» descritos en el informe. También apunta que «teniendo en cuenta los antecedentes psicológicos de la informada, esta presentó un agravamiento del estado previo» de su salud psicológica. «De ser ciertos los hechos denunciados, tendría una relación de causalidad» con esa evolución, añade la defensa.

Después del encuentro sexual, la supuesta víctima acudió a tratamiento psicológico dos veces por semana a la Asociación de Trastornos Depresivos de Aragón.

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