Con los bares y discotecas de Zaragoza cerradas por Sanidad a partir de la 1.00 para evitar la propagación del coronavirus, las fiestas privadas se han convertido en la peligrosa –e ilegal– alternativa de no pocos vecinos de la capital aragonesa. Si en la madrugada del sábado la Policía Nacional sorprendió a más de 40 personas en dos celebraciones clandestinas, este domingo los agentes volvieron a desmantelar otras dos, en este caso, con 25 personas implicadas a las que se les sancionó.

La primera intervención tuvo lugar en la calle Manifestación, en el Casco Histórico. Según informaron fuentes policiales, los agentes sorprendieron a un grupo de once personas sin mascarilla, que además estaban fumando tabaco y en cachimba en un local utilizado para eventos familiares. Sin embargo, en esta ocasión, la hija de la dueña había organizado un botellón con los amigos sin respetar las normas sanitarias.

Al parecer, la reunión había comenzado a la 1.00 y todavía continuaba a las 7.00, cuando intervinieron los agentes. La actuación se saldó con once sanciones por no llevar mascarilla, dos desobediencia y una por obstruir la labor policial.

Por otro lado, el aviso de varios vecinos al 091 permitió acabar con una de las fiestas que, al parecer, se venían celebrando de forma reiterada en un local de la calle de Matías Pastor Sancho, en el Picarral. Hasta el lugar se desplazó una patrilla de la unidad de Seguridad Ciudadana en torno a las 3.00 y sorprendió en el interior a catorce personas fumando y bebiendo sin guardar las debidas distancias de seguridad y sin hacer uso de la mascarilla obligatoria.

Los participantes de la reunión señalaron a los agentes que habían alquilado el local para juntarse el grupo de amigos, pero «al sobrepasar las diez personas y no cumplir con las medidas de seguridad, son propuestos para sanción», detallaron fuentes policiales.

Finalmente, otra patrulla sancionaron a un club en la calle de Escosura por estar abierto fuera de las horas de apertura.