Una empresa aragonesa denuncia a Abengoa por llevarle a la ruina en una obra en Angola

Canalizaciones Ebro llevó material y personal al país africano para colocar cien kilómetros de tuberías, pero no pudo hacer el trabajo por no haber proyecto de obra.

Exterior del complejo de Abengoa Water en la localidad sevillana de Dos Hermanas.
Exterior del complejo de Abengoa Water en la localidad sevillana de Dos Hermanas.
José Manuel Vidal/Efe

Un juzgado de Madrid ha admitido a trámite una querella criminal presentada por la empresa zaragozana Canalizaciones Ebro S. L. contra la UTE Abengoa Agua y Riogersa Aguas Kunene S. A. por un delito de estafa presuntamente cometido en la contratación y ejecución de unas obras en Angola.

Según mantiene la perjudicada, la compañía internacional, «aprovechándose de su credibilidad», la «llevó a engaño» haciéndole firmar un contrato para instalar 100 kilómetros de tuberías en el país africano «a sabiendas de que no podía llevar cabo los trabajos», puesto que la querellada «no contaba con los debidos permisos ni había aprobado el proyecto de ejecución de la obra».

Como mantiene la perjudicada, Canalizaciones Ebro se enteró de todo esto mucho más tarde, cuando demandó a la UTE después de que esta rescindiera el acuerdo y dejara de pagarle los trabajos. Aunque en esa demanda civil logró ser resarcida con 600.000 euros, ahora reclama 3,5 millones por las facturas que quedan pendientes, los costes extraordinarios, los intereses de sumas impagadas y los beneficios dejados de percibir.

El contrato tenía por objeto la instalación de la conducción principal de abastecimiento de agua entre las ciudades de Xangongo y Ondjiva. El trabajo consistía en canalizar 100 kilómetros de tuberías, incluyendo su colocación y limpieza en la zanja, soldadura y las pruebas de presión.

Para llevar todo esto a cabo, la UTE se comprometía a poner a disposición de Canalizaciones Ebro los materiales y herramienta precisos. Las obras debían iniciarse la tercera semana de enero de 2012 y acabar el 15 de agosto de ese año. El precio del contrato era de 999.608 euros sin IVA.

Según se explica en la querella, la empresa zaragozana trasladó a un equipo de trabajo a Angola en enero, pero nada más llegar ya advirtió que faltaba la maquinaria que debería haber aportado la UTE. Además, el jefe de obra de la UTE se fue de vacaciones ese febrero y dio la orden de no empezar hasta que volviera, lo que no ocurrió hasta el 13 de marzo. Mientras tanto, el personal de Canalizaciones Ebro estuvo trabajando para solventar los problemas de la maquinaria adquirida por Abengoa.

Cuando regresó el jefe de obras empezaron las tareas de soldadura de forma «absolutamente precaria», pues «no se habían hecho previamente las labores de replanteo y apertura de la zanja en la que enterrar la tubería una vez soldada». Esta labor, según la perjudicada, era «esencial».

Posteriormente, averiguarían que el replanteo no se había hecho porque no tenían los permisos. Aún así, se llegaron a soldar 30 kilómetros de tubería en superficie. «Y todo esto sin amparo de proyecto alguno. Esto provocó que los tubos se deformaran por las oscilaciones térmicas. En definitiva, sin proyecto aprobado era imposible llevar a cabo el trabajo», explica la afectada.

Según la empresa zaragozana, cuando la UTE firmó el contrato ya sabía que no tenían proyecto puesto que era ella quien debía redactarlo. Sin embargo, Canalizaciones Ebro no se enteró de esta circunstancia hasta que demandó a Abengoa y esta tuvo que presentar la documentación en la Audiencia de Madrid. Reprocha que aun conociendo la falta de permisos, movilizó a la plantilla de Canalizaciones Ebro para que se trasladara a Angola. Francisco García Berenguer, del despacho de abogados de Enrique Trebolle, sostiene que el objetivo de Abengoa era «ahogar material y económicamente» a la mercantil zaragozana con el fin de «hacerse con su equipo» y provocar que «no pudiera ejecutar los trabajos encomendados, ni legal ni materialmente, para justificar el impago de la cantidad comprometida».

De hecho, mantiene que la UTE trató constantemente de captar en Angola al personal de Zaragoza (cinco equipos), les ofreció dinero y les dijo que su empresa les había abandonado a su suerte. «En otra ocasión les dijeron que Canalizaciones Ebro había roto el contrato (algo que era falso) y les pidió que se integraran en la UTE. Ninguno aceptó y están citados como testigos», explicó. Según la querella, la verdadera voluntad de la UTE no era otra que la firma de un «contrato criminalizado» a sabiendas de que su ejecución era imposible, «todo ello con el fin de ahorrarse el margen de beneficios que hubiera obtenido Canalizaciones Ebro».

Por su parte, en la tramitación de la demanda civil, Abengoa Aguas y Riogerse culparon a la empresa aragonesa de no hacer los trabajos y justificó por esa razón la rescisión del contrato. El titular del Juzgado de Instrucción número 50 de Madrid ha citado a los investigados a declarar a mediados de noviembre

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