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El Ayuntamiento de Zaragoza ajusta las frecuencias del 59 para reducir la espera con el tranvía

Durante los fines de semana se daba el caso de viajeros que tenían que esperar cerca de 30 minutos entre un medio y otro, un problema subsanado desde el pasado 18 de abril.

Un bus de la línea 59.
Un bus de la línea 59.
Heraldo.es

Pese a que estos días la ciudad presenta una imagen casi fantasmal, son muchos los ciudadanos que a diario tienen que acudir a sus puestos de trabajo. Personal sanitario, de limpieza, supermercados y otros servicios esenciales siguen teniendo la necesidad de desplazarse por la ciudad en transporte público.

Por este motivo, el Ayuntamiento de Zaragoza ha extremado al máximo las medidas de higiene intensificando los servicios de limpieza, la desinfección de vehículos y garantizando la separación entre viajeros. Dentro de las limitaciones impuestas por el Gobierno Central también se reforzaron algunas líneas en horas punta, aunque la frecuencia del tranvía durante los fines de semana pasó a ser de 30 minutos.

Esto generó que los viajeros de la lanzadera 59 que une Arcosur con el tranvía detectaran desajustes entre los tiempos de paso de uno y otro. Desfases que, aunque fueran de unos pocos minutos les obligaban a esperar cerca de media hora en la parada del tranvía hasta la llegada de un nuevo convoy.

“Antes, si cogías el autobús que pasaba por Fuente de Neptuno a las 9.07 llegabas al tranvía a las 9.17, dos minutos después de que se hubiera ido. Tenía que esperar casi media hora al siguiente y llegar tarde a trabajar”, explica María Victoria Trujillo, que utiliza la lanzadera para acudir a su puesto de auxiliar de enfermería en el Hospital Miguel Servet. La otra alternativa para Trujillo, que depende del transporte público para desplazarse, era salir de casa media hora antes para poder coger el tranvía que le permitiera llegar puntual.

No obstante, el Ayuntamiento de Zaragoza ya ha subsanado el problema. Desde el pasado 18 de abril la frecuencia de los autobuses de la línea 59 durante los fines de semana se ha ajustado para “coordinar mejor la llegada del bus a la terminal del Tranvía, de manera que los usuarios no tengan que esperar mucho”. Y es que, el consistorio recuerda que, en estos momentos, los tiempos de paso del tranvía -que circula con convoyes dobles- son de 30 minutos durante los fines de semana.

Según explican fuentes municipales, está “regulación coordinada” se mantendrá hasta que finalice la situación excepcional por el coronavirus. De esta manera, las primeras salidas de la línea 59 desde Cantando Bajo la lluvia los fines de semana están programadas para las 5.23, las 5.45, las 6.15, las 6.45 y las 7.45. Es decir, a las horas y cuarto y menos cuarto. Las últimas salidas están previstas para las 23.15, las 23.45, las 00.15 y las 0.45.

Con todo, Trujillo reconoce que la lanzadera todavía podía haberse ajustado más para tener que esperar aún menos al tranvía. “Ahora nos viene mejor porque el tiempo de espera se ha reducido casi a la mitad, aunque todavía es mucho”, considera la auxiliar.

En este mismo sentido se manifiesta la Asociación de Vecinos Arqueros de Arcosur, que asegura llevar años pidiendo una mayor coordinación. “Conociendo las salidas del tranvía, ambos medios se podrían coordinar completamente. Habría que conseguir que el autobús llegase de forma que el viajero tuviera que esperar lo menos posible”, defiende Jorge Hidalgo, presidente del colectivo.

Entre semana la línea 59 no ha sufrido ninguna modificación, ya que al haber más frecuencia de tranvías los tiempos de espera entre un medio y otro no son tan largos. “Aunque haya un retraso no es tan problemático”, señalan desde el consistorio.

Durante el confinamiento, el transporte público ha experimentado una drástica caída de usuarios de hasta el 90% en el caso del tranvía. Con todo, desde Arcosur remarcan la importancia de fomentar el uso de la lanzadera que les permite conectar con el tranvía y el centro de la ciudad.

“Es la pescadilla que se muerde la cola: hay pocos usos y por eso no mejoran las frecuencias”, apunta Hidalgo.

A principios de 2019, el consistorio redujo los tiempos de paso de la línea 59 a la mitad durante los días laborales, pasando a ser de 30 a 15 minutos durante todo el día. Después de esa mejora, la lanzadera cerró el año con 284.873 usuarios, un 12% más que en el año anterior. “En cuanto pusieron el autobús cada 15 minutos la gente se animó a cogerlo. Esa es la prueba de que con mejores tiempos de paso más viajeros tendría”, concluye Hidalgo.

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