Los juzgados de guardia son el mejor termómetro para medir la actividad delictiva de una ciudad. Y los números del de Zaragoza dejan claro que el coronavirus ha frenado en seco las detenciones, denuncias, atestados y partes de accidentes de tráfico… Según fuentes judiciales, el lunes tan solo pasaron por los calabozos siete detenidos y el magistrado de guardia no decretó ni una sola orden de ingreso en prisión provisional. Cifras totalmente atípicas para una capital como la aragonesa, en la que se registra una media diaria aproximada de entre 15 y 20 arrestados, con varios envíos al centro penitenciario de Zuera.

Aunque fue el pasado domingo cuando entró en vigor el estado de alarma decretado por el Gobierno de España para hacer frente al coronavirus, las personas a las que detuvo durante esa primera jornada la Policía Nacional o Local y la Guardia civil no llegaron al juzgado de guardia de Zaragoza hasta el lunes. De ahí que la actividad tanto de ese día como de ayer –por la mañana, la juez solo había recibido dos arrestados –en ambos casos, personas que estaban en busca y captura desde hacía tiempo– sea un perfecto ejemplo de hasta qué punto esta crisis sanitaria está incidiendo en la delincuencia. «Los malos también se quedan en casa, porque las de los demás están llenas y no tienen donde actuar», decía ayer un funcionario de Justicia, que aseguraba que las asistencias se han reducido «a la mitad, o incluso menos».

Pero ¿cuáles son los delitos que más han caído? Como señalaban desde la Policía Local de Zaragoza, «es pronto para hacer balances, porque la prioridad es ahora dar servicio a la población». En cualquier caso, según ha podido saber HERALDO, son precisamente los delitos viales los que más están descendiendo, hasta el punto de que los partes diarios de incidencias llegan casi vacíos. El único conductor arrestado que pasó el lunes por el juzgado de guardia fue uno que circulaba sin carné. Porque las alcoholemias, algo muy habitual tras el fin de semana, prácticamente han desaparecido. Cabe recordar que ahora solo se están haciendo pruebas en aquellos casos en los que media un accidente de tráfico o la influencia etílica es obvia.

La prohibición de pisar la calle salvo en aquellos casos estrictamente imprescindibles se ha traducido también en un notable descenso de las peleas y agresiones, sin un solo parte durante el fin de semana. «Al cerrar los bares, se consume menos alcohol, lo que tiene un efecto inmediato en términos de delincuencia», explican desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Lo mismo ocurre con los hurtos, asaltos y robos con violencia e intimidación, delitos que habían repuntado bastante en Zaragoza. «Las víctimas están confinadas en sus domicilios y cualquier movimiento sospechoso por la calle se identifica ahora más fácilmente», dicen.

Los pisos y centros de acogida de menores también han cerrado sus puertas, lo que también ha repercutido a la baja en las detenciones de jóvenes que no han cumplido los 18.

Preocupa la violencia de género

Los que apenas han variado son los arrestos por violencia de género, algo que preocupa especialmente a los Cuerpos yFuerzas de Seguridad del Estado, que temen que el confinamiento prologando de la población en sus hogares pueda disparar las agresiones. El juzgado de guardia de violencia sobre la mujer de Zaragoza recibió el pasado lunes unos siete detenidos, una cifra que se mantiene, dicen los funcionarios, «dentro de lo habitual». Según informaba ayer la Policía Local, un joven de 28 años, identificado como J. A. T. C., fue detenido el pasado lunes en Las Delicias por agredir a su pareja sentimental en el domicilio que comparten en la calle de San Antonio Abad.

Alerta por visitas de falsos sanitarios 

Si bien es cierto que el confinamiento obligatorio ha reducido de forma drástica los delitos, situaciones como la actual son idóneas para los estafadores, que aprovechan cualquier posibilidad para engañar al prójimo. Y la Policía Nacional ya ha detectado casos de falsos sanitarios que se cuelan en los domicilios de personas mayores para pedirles billetes y monedas con la excusa de que «son contagiosos». Así, a través de sus redes sociales, el 091 recordaba ayer a todos los ciudadanos –en un mensaje dirigido sobre todo a las familias con ancianos que viven solos– que no deben abrir la puerta a estas personas. Del mismo modo, deben obviar aquellas llamadas telefónicas en las que alguien les avise de una visita de este tipo. En Zaragoza, aún no se ha detectado ningún caso.

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