zaragoza

Acusado de abusos sexuales un hombre que acogió a una menor tutelada por el Gobierno de Aragón

La chica tenía 15 años y visitaba periódicamente la casa del encausado porque necesitaba un entorno familiar estable

El juicio por la presunta violación se celebró el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza a puerta cerrada.
Audiencia Provincial de Zaragoza.
Heraldo.es

Un hombre que se brindó con su familia a acoger durante los fines de semana a una adolescente que desde pequeña vive en instituciones será juzgado por presuntos abusos sexuales. La Fiscalía lo acusa de haber acosado a la menor con comentarios de índole sexual, de enviarle una fotografía de sus genitales y de hacerle tocamientos.

Los servicios sociales del Gobierno de Aragón retiraron a la menor de su entorno familiar cuando tenía 6 años por haber sido víctima de abuso sexual y de malos tratos infantiles graves.

Desde entonces, ha estado tutelada y vivido en distintos centros de protección. La chica tenía 15 años cuando la DGA y el centro en el que residía acordaron que sería bueno para ella que pasara con el acusado y su familia algunos fines de semana y días establecidos previamente. La intención era proporcionar a la niña un entorno afectivo estable, objetivo en el que el acusado, A. H. M., debía desempeñar un papel importante y positivo, dadas las carencias de la menor.

Durante los tres primeros meses todo funcionó correctamente pero, según la Fiscalía, a partir de febrero de 2018, el acusado empezó a intentar contactos de carácter sexual con comentarios del tipo: "Tú tienes que estar conmigo" o "te voy a comer el coño". A ellos añadió una fotografía de su pene con el comentario: "pequeña pero juguetona", según la acusación pública y también obsequios de lencería femenina, algunos de los cuales fueron vistos por los educadores del centro en el que vivía.

Al parecer, A. H. M. aprovechaba cualquier circunstancia para tocar a la menor de forma lasciva o acosarla cuando salía de la ducha. El episodio más grave se produjo un día en el que le introdujo los dedos en la vagina con la excusa de que así podía saber si estaba embarazada, ya que la chica le había comentado esa posibilidad, puesto que salía con un chico.

Para el Ministerio Público, estos hechos constituyen un delito de abusos sexuales agravados por haberse prevalido de una relación de superioridad.

El acusado, representado por la letrada Carmen Sánchez, niega todas las acusaciones. Sin embargo, el informe psicológico elaborado por el Instituto de Medicina Legal de Aragón concluye que el relato de la menor es creíble. Relata los malos tratos infantiles y el abuso sexual sufrido cuando tenía 6 años y del que le culpabilizó su familia. La chica presenta una serie de problemas interiorizados y desajustes emocionales producto de la vida que ha tenido, así como un trastorno por estrés postraumático que tuvo su origen en el maltrato familiar y que se ha visto agravado por estos últimos hechos.

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