CRISIS DEL CALZADO EN LA COMARCA DEL aRANDA
"Ojalá haya una oportunidad para quien quiera quedarse a vivir en el Aranda"
Aurelio Gregorio García, jubilado, trabajó 46 años en el sector del calzado y ha sido testigo directo del progresivo cierre de muchas empresas.
Aurelio Gregorio García dedicó 46 años al calzado. Nació en Sestrica en 1939 y, siendo adolescente, su familia se trasladó a Illueca para trabajar en este sector. "Al principio –recuerda– todo se hacía a mano. Luego llegaron los polígonos industriales y las grandes naves".
Ha sido testigo directo de la evolución de la industria y del progresivo cierre de las empresas: "La prosperidad de la comarca que llevó a mi familia a cambiar de pueblo es la misma que preocupa hoy a los vecinos, que se plantean tener que emigrar". "Ojalá –desea– siga habiendo una oportunidad para que todos los que lo deseen puedan seguir viviendo aquí, bien fabricando calzado o en cualquier actividad".
Recuerda sus años de trabajo desde el Museo del Calzado de Brea, que recoge la historia de este sector desde la primera alpargata que se confeccionó, en 1606, que sentó las bases de un sector que es la herencia de aquella tradición. Dori Martínez, coordinadora de guías turísticos, habla de la tradición curtidora de pieles. Durante siglos, este municipio se dedicó a producir pieles para exportar a otros territorios. "En 1550, con la prohibición de vender pieles a otros reinos, esas piezas ya no tienen salida". Se ponen así las bases del oficio zapatero. La primera noticia conocida de la fabricación del zapato en Brea data de 1606. A partir de entonces empiezan a aparecer los gremios y más tarde, en 1864, la Sociedad de Artesanos y Socorros Mutuos.
El museo permanece abierto los fines de semana, puentes y festivos. Se inauguró en 2002 y recoge la tradición, industria e historia del municipio, a través de un centro multimedia e interactivo. Se pueden ver las herramientas que se utilizaban antiguamente, y también se hace un repaso a las fases de la fabricación.
