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Belloch: "La política de bloques, de izquierda y de derecha, es lo peor para una ciudad"

Tras recibir la Medalla de Oro, el exalcalde de Zaragoza y actual magistrado de la Audiencia Provincial, Juan Alberto Belloch, hace un llamamiento al consenso.

JUAN ALBERTO BELLOCH / 31-01-2019 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ [[[FOTOGRAFOS]]]
El exalcalde de Zaragoza Juan Alberto Belloch acaba de recibir la Medalla de Oro de la ciudad.
FRANCISCO JIMENEZ PHOTOGRAPHY

El martes recibió el homenaje de la ciudad. ¿Cómo se sintió?

La verdad, lo más cercano de la felicidad. Para mí lo importante no es solo que estuvo presente toda la gente que ha hecho cosas por la ciudad. Me sorprendió también la unanimidad, que en los tiempos que corren es una cosa bastante extraña. Y el discurso de los portavoces, lleno de generosidad y amabilidad, incluso de los que están más lejos de mi espectro ideológico. Y sobre todo, mi mujer y mis hijas, que se lo pasaron en grande y lloraron con mi discurso como estaba previsto.

¿Le sorprendió que la medalla se la entregara uno de sus mayores adversarios, Jorge Azcón?

Sí, pero siempre lo he considerado un amigo. Él intentaba representar su papel de aguerrido líder de la oposición, y lo hacía muy bien, pero siempre lo tuve en estima. Y no porque me haya propuesto para la medalla, sino porque era un muy buen concejal.

Si tuviera que elegir de su etapa de alcalde, con qué proyecto se quedaría.

Lo que nos llega más adentro a todos es las riberas. Cambian la ciudad de pies a cabeza. No es lo más espectacular, pero sí lo que más agradecen los ciudadanos.

¿Y de qué se arrepiente?

De no haber puesto viviendas en Ranillas. Pero peor era romper la unanimidad y tuve que aceptar algo que el tiempo ha demostrado que era un error, porque a las 8 de la tarde no hay nadie en el meandro. Y una segunda cosa: que no me dejaran hacer más alto el azud para que el río fuera completamente navegable. Nos quedamos a medias.

¿Cómo ve ahora la ciudad?

Muy bonita. Pase por donde pase veo cosas de mi mandato. Tenemos riesgos los ex de dar la lata, pero es que es un hecho. Me gusta ver la ciudad y la veo más bonita que la que yo recordaba.

Algunos de sus proyectos se han quedado por el camino, como la segunda línea del tranvía.

Y es lo único que me he atrevido a añorar. Para hacerla en la legislatura anterior tenía que haber logrado los mimbres que posibilitaron la línea 1. ¿Qué mimbres? Empresas que lo apoyaran y el respaldo decidido del Gobierno de Aragón. Sin esos instrumentos no se puede hacer.

¿Cree que no es viable ahora?

Es mucho más agradable el tema de la Romareda, pero es mucho más importante completar el plano de movilidad sostenible. Y esa movilidad solo será un plan integral el día que esté la otra línea. Espero que no se descarte.

¿Y el campo de fútbol? Usted lo intentó dos veces.

Y los tribunales me lo pararon. Creo que si el Zaragoza sube habrá nuevo campo, porque el empuje y el entusiasmo de estar en Primera puede acelerar los procesos. Lo espero.

¿Ve posible retomar hoy los consensos de su época?

Frente al consenso de mi quinta, ahora vuelve la política de bloques, de izquierda y de derecha. Es lo peor que le puede pasar a una ciudad. Las instituciones deben tener un papel central y centrado. Yo me consideré alcalde de todos, no de mi banda.

¿Cómo ve a Azcón como alcalde?

Ha mejorado mucho desde la época en que lo conocí. Solo tiene un tema, que lo sacó de manera muy graciosa en la entrega de la medalla, que es lo de que cierra los debates de los plenos. El problema no es tanto eso, sino que no tiene por qué demostrar que se sabe la ciudad mejor que nadie. Claro que es el que mejor se la sabe, solo faltaba con los años que lleva. No hay que pretender ser siempre el más inteligente. Hay que parecer más tonto de lo que eres. Si no, se te come la ciudadanía, se generan imputs negativos.

¿Y a Pilar Alegría?

Era la mejor candidata que tenía el PSOE y sigue siéndolo. Pero depende más del éxito o fracaso de Azcón que de sus propios méritos. En la oposición es complicado adquirir peso político, cuesta una barbaridad. Y depende de lo que pase a nivel nacional. Dependiendo de eso, podrá ser la alcaldesa. Yo me alegraría de que lo fuera.

¿Le preocupa la dependencia del gobierno de un grupo como Vox?

En teoría sí, pero en Zaragoza por lo que estoy viendo de Julio Calvo, al margen de algunas cosas peculiares, está en la línea de no ser sectario. Igual que a nivel nacional estoy convencido de que Podemos se institucionalizará, puede ser que le pase algo parecido a Vox. Necesitan dos o tres rasgos definitorios, que pueden parecer radicales para la mayoría y para mí también, pero en lo demás, lo normal es que se terminarán institucionalizando. Ha pasado con todos los originariamente radicales. No hay que excluir que Vox pueda tener una evolución positiva.

¿Seguirá creciendo la extrema derecha en España?

El discurso del presidente del PP a nivel nacional no me parece de éxito. Entre el original y su copia prefieres el original. Vox está creciendo y el PP no arranca por un enfoque equivocado, que debería ser el centro derecha pero con acento en el centro. Pero también le puede pasar lo mismo a Sánchez, que tenga una dependencia de los partidos separatistas. Espero que uno y otro logren superarlos, porque si no la ruptura del bipartidismo puede ser evidente.

Hace dos años dudaba de un acuerdo entre PSOE y Podemos. Hoy forman la primera coalición de gobierno de la democracia.

Francamente me ha sorprendido porque creía, como casi todas las personas razonables, que habría un pacto PSOE-Cs. Daba estabilidad, garantías, impedía que se tuviera que refugiar en el voto separatista o ultraizquierdista. Pero se produjo lo que se produjo. Como adivino no soy especialista.

En Aragón, Javier Lambán también gobierna con Podemos.

Está llevando la situación bastante bien, hablando con todo el mundo y llegando a acuerdos. El único error que ha cometido hasta ahora es el cese de Fernando Gimeno (exconsejero de Hacienda). Lambán me dijo el otro día una cosa, que yo era el político que decía más cosas arriesgadas, el verso suelto. Pero añadió: «Yo soy el segundo». Eso pasó el día de entrega de la medalla.

Además de pactar con Podemos, Pedro Sánchez se apoya en fuerzas independentistas.

Si el acuerdo con ERC permitiera la ruptura de la unidad independentista y que utilizara métodos democráticos para la implantación de sus ideales, sería extraordinariamente positivo. Si no es así, será un desastre.

¿Es posible una solución política para Cataluña?

Creo que sí, pero teniendo en cuenta que las soluciones para Cataluña son siempre para un tiempo determinado. En el momento en que volviera a haber un Estado central quebrado, débil o incapaz de actuar, volverían al ataque.

¿Los acuerdos entre los dos grandes partidos, al margen de los extremismos, son inviables?

La verdad es que da la impresión que sí. Siempre he sido partidario, pero no he tenido ningún éxito. Es cierto que hay una contradicción de los grandes partidos, al menos del PSOE. Si dices que quieres cambiar la Constitución necesitas mayorías que salvo cataclismo incluyen necesariamente al PP.

¿Qué le parece la sentencia del procés?

Técnicamente me parece correcta, aunque yo tenga el matiz de que más que sedición, lo que ha habido es una conspiración para la rebelión. Hay conspiración porque estaban preparando la rebelión, pero no llegaron a ejecutarla.

Se ha especulado con el cambio de la tipificación del delito de sedición recogida en el Código Penal. ¿Cómo lo valora?

Creo que hacerlo ahora es un error. Jamás se puede legislar a favor o en contra de personas determinadas. Mientras quepa la interpretación global de la gente que se hace como concesión a un pacto político, esa modificación del Código Penal nace herida de muerte.

¿La designación de Dolores Delgado como fiscal general del Estado le parece acertada?

Otro error. El Ministerio Fiscal siempre ha sido sospechoso de depender del Gobierno, con muy pocas excepciones. Le complicará la vida a la propia fiscal general, que intentará hacer su oficio con autonomía, pero que lo va a pasar muy mal, porque cada vez que tenga que adoptar una decisión recibirá a priori unas críticas feroces. Le han hecho un flaco favor.

Cumple 70 años este lunes. ¿Está pensando en jubilarse?

No. He pedido la prórroga de dos años. Los jueces podemos estar hasta los 72. Conozco mi oficio lo suficiente para estar tranquilo a la hora de dictar resoluciones que me permitan dormir por la noche.

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