sociedad

Las peluquerías chinas crecen como setas

La Asociación Profesional de Peluquerías y Salones de Belleza de Zaragoza denuncia la "competencia desleal" de estos establecimientos y los 'low cost'.

Peluquería china Alafa de Gran Vía en Zaragoza.
Peluquería china Alafa de Gran Vía en Zaragoza.
Heraldo.es

Irrumpieron con fuerza hace ya años en barrios como Las DeliciasLas Fuentes o San José y han ido creciendo como setas por el centro de la ciudad. Las peluquerías regentadas por inmigrantes chinos compiten por ofrecer los precios más bajos por sus servicios los siete días de la semana y a su rebufo han surgido, últimamente, los salones ‘low cost’. Unos establecimientos que han hecho "mucho daño" a las peluquerías tradicionales, según apunta Raquel Alastuey, presidenta de la Asociación Profesional de Peluquerías y Salones de Belleza de Zaragoza. "La captación que tienen es económica. Están trabajando en precios por debajo de mercado. Hay una competencia desleal", sostiene.

Tinte por 5 euros, corte de caballero por 6 o arreglo de cejas por 3 son solo algunas de sus promociones y sus servicios van desde peluquería y depilación hasta manicura, pedicura, masaje e incluso tatuaje (cejas y labio, entre otros). De lunes a sábado de 9.30 a 21.00, por lo general, y los domingos incluso algunas también abren hasta las 21.00. Esa flexibilidad de horario es una de las razones que esgrime una de las clientas de la peluquería china Alafa de Gran Vía, que este domingo se arreglaba el pelo al mediodía. "Suelo venir una vez al mes. Además del horario, me gusta como trabajan y también el precio. Con una melena larga, por lavar y secar me cobran entre 10 y 11 euros, cuando en mi barrio pago a partir de 13, y me lo dejan muy bien. Muchas de mis compañeras de trabajo también utilizan este servicio, incluso los domingos", asegura.

Precisamente esas jornadas tan largas es el único pero que le saca a su empleo Cristina Navarro, auxiliar de peluquería, quien trabaja de prueba desde hace un mes en Alafa de Gran Vía. "El horario es de 10.00 a 21.00 y como aquí. Una vez que te acostumbras, todo está bien", señala. En cuanto a sus días festivos, libra el domingo por la tarde (este salón cierra ese día a las 15.00) y otro mediodía a la semana. "Si quiero me puedo unir el domingo al lunes", puntualiza.

La presidenta de la Asociación Profesional de Peluquerías y Salones de Belleza de Zaragoza denuncia competencia "desleal" en el precio y se pregunta si tanto los salones chinos como los ‘low cost’ cumplen con los protocolos sanitarios y si a sus profesionales les ampara algún tipo de formación cualificada. "Estamos hablando de cosas muy serias porque trabajamos con productos químicos; alteramos el color y el pigmento del cabello. Y luego hay problemas de dermatitis seborréica o pueden ser más graves", afirma. "Dudo mucho que las peluquerías chinas tengan al personal en regla, con su ley de protección de datos, con su ley higiénico-sanitaria, con la normativa de salud laboral...", añade.

Desde la Dirección de Consumo del Gobierno aragonés señalan que el sector de las peluquerías no es conflictivo y que se producen quejas puntuales como en cualquier otro sector. Al mismo tiempo que resaltan que los consumidores siempre están protegidos.

Raquel Alastuey destaca también que el sector (en Zaragoza capital hay 2.168 peluquerías censadas y en la provincia, 2.990), lucha por la dignificación de su trabajo y reivindica una legislación a nivel autonómico o nacional que lo regule. "Esto es un gremio artesanal que debe estar reconocido y bien legislado. Como la ley es tan liviana, aquí entra todo el mundo. No hay manera de controlarlo. Debería de haber un carné profesional. Nosotros somos profesionales que nos formamos continuamente, damos un servicio de calidad excelente y procuramos hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible. Y tienes que competir con este tipo de peluquerías, sean chinas o  ‘low cost’, con tus productos y profesionalidad", dice.

No obstante, algunos establecimientos tradicionales no se sienten amenazados por el bum de los salones chinos. Es el caso de Leonardo Peluquerías, en el paseo de Sagasta, que sigue con la misma dinámica de trabajo. Tal y como señala uno de sus empleados, son servicios diferentes. "Nosotros trabajamos con productos de calidad, con servicios personalizados y con clientes fijos. Los suyos serán de paso y la formación de sus profesionales no será la misma que la que tenemos nosotros", informa.

La joven china Xiaoxiao Hu, dueña del salón Bellavida en Zaragoza.
La joven china Xiaoxiao Hu, dueña del salón Bellavida en Zaragoza.
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Mucha competencia

Por su parte, Xiaoxiao Hu, de 29 años y dueña de la peluquería Bellavida de Zaragoza, se desmarca de los salones montados por sus compatriotas y hace hincapié en que es la "única" gerente que no tiene a ningún trabajador chino. "Para tener una mejor imagen de cara al público, prefiero contratar a empleados que sepan el español. Creo que la clientela puede estar mejor atendida. Cuento con una plantilla de 12 personas, tres de ellas españolas, y cada una tiene su horario y sus turnos", explica.

Asimismo, Xiaoxiao se queja de la competencia de los salones de belleza chinos. "Yo no puedo bajar el precio como ellos. Tengo que abonar las horas extras, vacaciones, finiquito… Toca pagar muchos impuestos. Entre ellos hay mucha competencia", concluye.

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