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La peatonalización de una calle de Delicias se topa con la oposición de 400 vecinos

Un tramo de Pablo Sarasate se ha restringido al tráfico a raíz de una propuesta de los presupuestos participativos, pero varios centenares de residentes han firmado un documento para que se revierta la actuación.

La peatonalización de Pablo Sarasate, en Delicias, se topa con la oposición de 400 vecinos
La peatonalización de Pablo Sarasate, en Delicias, se topa con la oposición de 400 vecinos
Leyre Ruiz

Que nunca llueve a gusto de todos está claro y, estos días, los ánimos están un poco revueltos en torno a una calle del barrio de las Delicias. El motivo es la peatonalización de un tramo de Pablo Sarasate, una vía que discurre entre las calles Manuel Escoriaza y Fabro e Inglaterra. La actuación, propuesta en los presupuestos participativos de 2018-2019, ha levantado ampollas entre algunos vecinos de la zona, pero colectivos como la Asociación de Vecinos Manuel Viola defienden la creación de este tipo de espacios.

El tráfico se ha restringido en el tramo de Pablo Sarasate que va desde la calle Italia hasta Navas de Tolosa. Precisamente allí hace un par de años se recuperó un solar de 255 metros cuadrados en el que luce un espectacular mural de Isaac Mahow. Se trata de una zona muy frecuentada por la presencia de una pequeña plaza con un área infantil en la que muchos niños juegan a la salida del colegio.

La actuación, que ha consistido en instalar varios pilones y señales de circulación prohibida, ha costado 3.112,76 euros y de ella se ha encargado el Área de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Zaragoza. El objetivo de la propuesta era generar un espacio libre de vehículos que permita su empleo como lugar de ocio, lo que ha obligado al consistorio a eliminar todas las plazas de aparcamiento del tramo peatonalizado. Esta es una de las principales críticas de los vecinos de la zona, que advierten de que ahora les será todavía más difícil estacionar sus coches en la calle.

“Cada vez que cojo el coche tardo, como mínimo, 40 minutos en aparcar, y más en las horas puntas”, asegura un residente que la semana pasada comenzó a recoger firmas para mostrar su rechazo por peatonalización de esta zona. En poco más de cuatro días logró reunir 447 rúbricas que ya han sido entregadas, vía registro, al Ayuntamiento.

Este vecino continúa con su contracampaña particular, alegando que han cortado “un tramo de calle estratégico” que les permitía salir hacia la avenida de Madrid, la avenida de Navarra, la calle Unceta o el paseo de Calanda. “Los vehículos de carga y descarga tendrán que entrar en contradirección y han eliminado muchas plazas de aparcamiento en una zona en la que de por sí ya es complicado aparcar”, señala.

La reducción de plazas no solo afectará a la calle Pablo Sarasate, también a una de sus perpendiculares, Hilarión Eslava, aunque no de la manera que se creía inicialmente. Según fuentes municipales, antes de iniciar las obras se contemplaba prohibir el estacionamiento en toda la calle, aunque los técnicos han visto que no es necesario y solo se prohibirá aparcar en un lado de la calle.

Otro de los temores de este vecino y de quienes han firmado contra la medida es el posible aumento de los altercados y el ruido. Aseguran que se trata de una zona algo “conflictiva” en la que se genera mucho ruido y creen que al haber más espacio para los peatones la situación pueda empeorar. “En el descampado de Navas de Tolosa, donde el mural, se juntan muchas noches a beber y se acumula mucha suciedad”, lamenta el impulsor de la recogida de firmas. Además, cree que los apoyos que recibió la propuesta -un total de 112- no pueden representar los intereses de los más de 100.000 habitantes que tiene el barrio.

No obstante, desde la Asociación de Vecinos Manuel Viola de Delicias recuerdan que la actuación proviene de “un proceso participativo público” en el que todos los vecinos del barrio tuvieron la oportunidad de votar, y se muestran partidarios de crear espacios de convivencia y relación allí donde sea posible.

“En la zona más antigua de Delicias apenas hay, por eso los que hay están saturados”, explican desde el colectivo, que ha recibido quejas por el ruido en plazas y parques en más de una ocasión, especialmente en verano. “Al haber tan pocos espacios de reunión, a los que hay se les dan diferentes usos”, comentan. Por este motivo creen que es positivo crear algunos nuevos, ya que ayudan a descongestionar el resto.

Con todo, creen que la polémica que ha levantado la actuación se podría haber evitado o, al menos, minimizado, si el Ayuntamiento hubiera proporcionado a los vecinos más información sobre la misma y hubieran buscado una alternativa a las plazas de aparcamiento eliminadas.

De hecho, esta no es la primera vez que los residentes de la zona denuncian la reducción de zonas en las que estacionar sus vehículos. El pasado mes de mayo, Doña Blanca de Navarra también perdió ocho plazas, aunque en aquella ocasión fue porque el camión de la basura no podía pasar.

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